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taehyung: 23 ; jungkook: 23

-Sabes cuantas sesiones tuviste conmigo, Jungkook?.

El nombrado miro a la mujer frente a él.

Sinceramente no tenía la más mínima idea de cuantas sesiones tuvo con la mujer frente a sus ojos. Pero lo único que si sabía era que desde la partida de Taehyung el decidió, por recomendación de su madre, comenzar terapia.

Así que para el azabache era completamente desconocida la respuesta ante esa pregunta.

-Yo...no lo se, Tzuyu.

-Llevamos 210 sesiones.-en cuanto Jeon escuchó la gran cifra suspiro desganado.

No podía creer que había pasado tanto tiempo y que el siga igual o incluso peor que cuando comenzó.

Seguramente Taehyung se encontraba siendo feliz mientras él no podía ni siquiera sacarlo de su cabeza aunque sea por unos segundos. Jungkook reconocía que tenía un problema, una obsesión. Él sabía lo que le estaba pasando y que le estaba afectando demasiado, pero aun sabiendo aquello él no quería hacer nada para tratar de frenarlo.

-Y eso es algo malo?.-preguntó el azabache ya sabiendo la respuesta de antemano.

-No es malo el hecho de ir mucho a el psicólogo, es malo que no puedas avanzar.

-Qué tiene de malo no poder avanzar?.

Tzuyu tomó una respiración para intentar calmarse y así poder explicarle de una manera delicada el problema que este tenía.

-Es totalmente malo e insano el no poder salir de ese hueco en el que te encuentras, Jungkook.-el azabache paso su mano por su nuca en un acto debido a los nervios que sentía en ese momento.-Llevas estancado en el mismo tema desde hace cuatro años y todavía no has dado ningún paso desde que comenzaste la terapia, entiendes?.

Claro que lo entendía, pero el nunca quizo entenderlo.

Él nunca quizo sanar esa vieja herida, y sabe perfectamente que puede que este sonando como un loco masoquista por aferrarse a alguien que ya no se encuentra a su lado, por aferrarse a la idea de que un día Taehyung volvería a sus brazos.

Pero...qué más podía hacer?.

-Lo entiendo, pero no se que más hacer.-respondio el azabache frustrado.

-Lo que tienes que hacer.-repitió la mujer frente a el en un susurro cansado.-Llevas diciendome eso en cada sesión que tenemos y cada vez que te digo lo que tienes que hacer te ofendes y te largas para después volver la otra semana y hacer la misma rutina de siempre.

-Tzuyu pero yo-

-¡Tzuyu nada!.-el tono que uso la pelinegra hizo que Jungkook se sobresalte de repente, pues Tzuyu siempre tenía un tono de voz calmado y muy relajante.-Jungkook, tú oyes pero no escuchas.

El entrecejo de Jeon se frunció debido a la confusión, pues el oía y escuchaba perfectamente. No entendía a lo que se refería con que no escuchaba.

La pelinegra se dio cuenta de que su paciente no había entendido lo que ella había querido decir con esa frase, así que decidió explicarle.

-Lo que quiero decir es que tú por los oídos me oyes perfectamente cuando te hablo, pero no escuchas lo que te digo. De alguna manera prefieres no escucharme, pero eso se acabo.

Jeon sentía que podía adivinar lo que estaba a punto de decir su psicóloga.

-Debes dejar ir a Taehyung de una vez por todas, y esta vez es en serio.

Y Jungkook pensó si no era algún tipo de adivino o brujo.

-Taehyung no volverá a Corea, y si lo hace no estará soltero o enamorado de ti.

Jeon no estaba oyendo, él estaba escuchando y lo que escuchaba le dolía.

Le dolía demasiado.

-Dime Jungkook, acaso estoy mintiendo?.

Quería decir que si, deseaba decir que estaba mintiendo y no diciendo la verdad. Pero es que la realidad era esa. Taehyung no esta a su alcance, mucho menos enamorado de él.

Y comenzó a llorar. Comenzó a llorar porque sabía que Tzuyu tenía razón, ella tenía toda la razón.

Jungkook necesitaba olvidar a Taehyung, seguir con su vida como él lo hizo. Tal vez conseguir una pareja, casarse, tener hijos y vivir una vida prospera.

Pero le era tan difícil, le era tan dificíl olvidarse de todos esos momentos que había pasado junto a él, tanto en su infancia como en su adolescencia.

-No quiero olvidarlo.—dijo Jeon con su voz ahogada por las lágrimas.

Y en ese instante, Jungkook sintió el mismo dolor de aquel momento en donde abandonó el departamento de Taehyung cuando este le dijo que se iba a ir. Que se iba a ir muy lejos de él, que lo iba a abandonar.

Levantó la mirada hacia Tzuyu, esta lo miró con lástima. Pues esta era la parte más dificíl de las sesiones para los pacientes, aceptar que todo ya acabo y seguir adelante.

-Estas dispuesto a seguir adelante, Jungkook?.

Y el azabache asintió varias veces mientras lágrimas seguían bajando por su rostro como cascadas.

Él estaba dispuesto, él iba a retomar su vida.

La pelinegra al ver que Jungkook no hacía más que llorar a mares decidió hablar de nuevo.

-Jungkook, mírame.-en el pequeño tramo en que el azabache se calmaba y secaba las lágrimas provenientes de sus ojos, Tzuyu había abierto el cajón que estaba al lado del escritorio para sacar un caramelo y dejarlo apoyado sobre la madera para que Jungkook lo vea.

El azabache miró la pequeña golosina que se hayaba frente a sus ojos y sintió nostalgia.

Era el mismo tipo de caramelo que le regalaba a Taehyung cada vez que este se sentía triste.

Y ahí va de nuevo.

Los recuerdos del castañito inundaron su mente nuevamente como siempre lo hacían.

Tzuyu analizo con detenimiento la mirada del azabache, supuso que había tocado nuevamente la herida así que se apresuro a hablar.

-Quiero que tomes ese caramelo si es que me prometes que te olvidaras de Taehyung.

Esas palabras lo hicieron querer volver a llorar, estaba a punto de hacerlo de hecho.

Pero no lo haría, no esta vez. 

Él se sentía dispuesto a retomar su desastrosa vida y convertirla en una nueva, aunque todo eso cueste tirar todos aquellos recuerdos de su primer amor a la basura. Tirarlos. Olvidarlos

Olvidarse de Taehyung. Olvidar a Taehyung. Olvidarlo. Olvidar

Por un momento se olvido del significado de la palabra olvidar.

Y al olvidar todo se olvido de él.

Entonces tomó aquel caramelo.



"Haría bien a la terapia...alejarme un tiempo."

Mi caramelo • kookv Donde viven las historias. Descúbrelo ahora