EL DON DE ELOISA

Capítulo 7. LA ELEGIDA

- Natali ¿me puede decir que está sucediendo?- preguntó Raul intentando inane abrir la puerta de la habitación 204

Natali permanecía en silencio con la cabeza fija en el suelo

- esto esta muy raro y usted esta demasiado estable para haber convulsionado. ¡hablen! ¿que está pasando?
- no lo sé señor- respondió el residente con voz temblorosa- yo solo pasé y vi a la enfermera sola con el paciente y quise ayudar
- ¡PERO HAGAN ALGO, LLAMEN AL PUESTO DE ENFERMERAS, QUE NOS ABRAN!- gritó alterado Raul

Natali tomó el auricular y antes de marcar el número sintieron la voz de otra enfermera fuera del cuarto

- ¿pero quien hizo esta broma tan salida de tono?¿Natali, doctor Raul, están dentro?
- si aqui estamos, no hemos podido abrir, porfavor llame al de mantenimiento, ellos tienen llaves de todos los cuartos
- no es necesario doctor, en un segundo le abro‐ respondió la voz femenina del otro lado

La mujer cortó el lazo con unas tijeras y segundos después la puerta se abrió

- muchas gracias- exclamó Raul- mande a revisar esa chapa, que la cambien
- no es necesario doctor, mire el lazo, alguien lo ató a la otra habitación y los encerró
- ¿quién hizo tal cosa y porque?
- no lo sabemos doctor, pero eso no es lo importante ahora,  acaban de informar que en recepción está uno de sus hermanos tratando de sacar un paciente gestante sin orden de salida, aseguran que la paciente es su hermana

- mierda- exclamó Raul entre dientes y corrió por los pasillos de hospitalizacion, el ascensor tardaba en llegar y decidió emprender carrera por las escaleras hacia la recepción. Llegó agitado y divisó el corrillo de gente que rodeaba a su hermano Federico, quien sostenía la silla de ruedas

- ¡BASTA YA! todos a sus puestos de trabajo- Exclamó y el entorno reinó con un silencio casi sepulcral ante la voz de mando
- Federico, ven conmigo

Federico salió detrás de su hermano arrastrando la silla de ruedas y Cristóbal, quien acababa de llegar, los siguió hasta el consultorio de Raul

- ¿me pueden explicar que es todo este espectáculo?- preguntó Raul en cuanto entraron

De pronto el sonido al interior del baño golpeando la puerta los sobresaltó

- ¿que es ese ruido, quien esta ahí?
- es mamá respondió Federico y caminó hasta el baño para abrir la puerta y liberar
a la mujer

- ¿esto que contiene,  que pasa, tu le hiciste esto a mamá  Federico, estas loco?
- eso es menos de lo que tu pretendías hacerle a nuestra hermana

Cristobal se apresuró a arrancarle la cinta quirúrgica a su madre y Federico le pasó las llaves de las esposas para liberarla

- Federico- exclamó Josefina- jamás,  óyeme bien, jamás les perdonaré a ti y a jhoana lo que me hicieron
- ¿jhoana y que tiene que ver jhoana?- preguntó Raul sorprendido
- un momento- exclamó y se acercó a la silla de ruedas, le retiró la gorra a la mujer dejando caer la cabellera oscura y descubriéndole el rostro
- ¿dónde está Catalina, dónde está?
- lejos de tu alcance y del de mamá, no podrán hacerle daño ahora- respondió Federico
- ¡Cristóbal!- Raul miró a su hermano encolerizado y lo sujetó por el cuello contra la pared- ¿estas involucrado en todo esto?
- sueltame Raul, me estas ahogando- exclamó con la voz entrecortada

Raul lo liberó y lo miró con fuego en las pupilas

- haber, habla
- lo siento hermano, no tuve agallas para hacerle tanto mal a Catalina, te lo dije, no estuve de acuerdo desde un comienzo

Josefina se acercó a él y en cuanto lo tuvo en frente le lanzó una palmada en el rostro que le dejó la piel ligeramente enrojecida

- inútil, dime ya dónde está mi hija
- no lo sé mamá

Johana se paró de la silla indignada y se enfrentó a su suegra

- déjalo en paz, ¿que querías? ¿que fuera complice de un delito? Porque lo que ustedes querían hacerle a Catalina es un delito ¿lo saben, verdad? ¿donde está la ética de la que tanto se ufanan en este hospital, donde?
- tu te callas insolente, te dejaste embarazar de mi hijo a propósito, nunca debí consentir ese matrimonio
- ¿que hubieras hecho suegrita? ¿me hubieras obligado abortar a mi también, dime?
- callate entrometida, esto no es de tu incumbencia
- si lo es suegrita, como te parece que Cristobal es mi marido, lo que es con el es conmigo
- ¡basta ya!- exclamó Raul- ahora lo que importa es encontrar a Catalina, alcanzó a recibir parte de la dosis de oxitosina y si algo se complica ella puede estar en peligro

En ese instante entró al consultorio Andres

- ¿saben que esta pasando? Hay un rumor en los pasillos de que una paciente se iba a escapar
- no es un rumor y si se escapó, se trata de mi hermana
- como asi, que no está, tu me dijiste Raul que no habría ningún problema, ¿y si me denuncia?- murmuró Andres al oido de Raul
- no te preocupes, que no va a pasar nada, la vamos a encontrar en cuánto mis hermanos abran la boca
- si estas esperando eso Raul ¡jódete! no tenemos idea a donde fue Catalina, quedó de avisarme en cuanto estuviera en un lugar seguro y no se cuando pase eso
- ¿acaso no te preocupa? No ves que ella necesita atención médica
- busquemos entonces en hospitales y clínicas, lo más lógico es eso- intervino Andres

Catalina permanecía de rodillas ante el altar, inesperadamente sintió la presencia de un hombre joven que se sentaba a su derecha en la banca

- mujer, no te angusties más, tu oración ha sido escuchada y en su momento darás a luz para que Eloisa pueda crecer y cumplir su propósito
- ¿quién es usted, como sabe el nombre de mi hija?
- solo soy un mensajero ¿conoces el significado de Eloisa?
- la elegida
- así es, Eloisa ha sido elegida para ser la voz de los que no tienen voz, por ahora permanecerá dentro de ti, pero llegará el tiempo en que tendrás que decidir y dejarla ir si quieres salvar su vida
- ¿de que me habla, no comprendo?
- cuándo sea el tiempo lo comprenderás
- señora, vea el doctor está acá, por favor venga conmigo
- ¿ lo vio?
- ¿ a quien?
- al hombre que estaba conmigo
- usted está sola- el sacerdote le toco la frente- Esta ardiendo en fiebre, debe estar delirando- se dirigió al medico que se encontraba detrás de el
- si, ni siquiera puede sostenerse, permitame padre yo la ayudo

Hernesto Piedrahita, el medico que había llevado los controles del embarazo, ayudó a Catalina a levantarse de la banca y apenas se puso en pie la muchacha se desvaneció sobre el, entonces el la sostuvo entre sus brazos hasta dejarla sobre el sofá que el sacerdote le había ofrecido previamente

- ¿a que se deberá la fiebre doctor?
- no lo sé, puede ser una infección. La voy a sangrar para realizarle algunas pruebas y voy a aplicarle una droga para detener las contracciones y bajarle la fiebre.
- ¿no seria mejor llevarla a un hospital doctor?
- no, su familia no puede encontrarla, fueron ellos quienes quisieron hacerle daño al feto
- ¿que hacemos doctor?
- por ahora solo podemos esperar, en cuanto se ponga mejor, consigale un cupo en la fundación y mantengala vigilada
- pobre muchacha ¿porque su familia le quería hacer daño?
- no lo sé, yo conocí a su padre, estudiamos juntos en la universidad, cuando me contactaron para llevar los controles del embarazo, Federico su hermano me advirtió que el estado de su hermana era confidencial, siempre la atendí en mi consultorio privado. Es una familia con muchos prejuicios, son los dueños del hospital Laverde, seguramente la descubrieron
- nada justifica lo que quisieron hacerle
- tiene razón padre, debo irme ya, por ahora esta bajo observación, la fiebre ya empezó a bajar, si ve algún cambio me llama inmediatamente. Apenas tenga el resultado de las pruebas vengo y la reviso. Padre gracias por su ayuda, ella es la hija de un buen amigo y un gran hombre, sino fuera por usted no habría sabido como ayudarla
- no se preocupe doctor, lo hago con todo el gusto, lo importante es que las dos estén bien
- ojalá que si, hay que esperar para ver la evolución

Hernesto se alejó del lugar, dejó a Catalina con el sacerdote que había conocido en las visitas mensuales a la fundación, llevaba 5 años haciendo un voluntariado con las maternas que llegaban allí, ese era el único lugar en la ciudad donde hallaban refugio aquellas mujeres que atravesaban su estado y no habían encontrado amparo ni en sus propias familias