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-¡La sangre de Cristo tiene poder! - Exclamó la chica castaña con burla.
-No te burles Ana. Esto es enserio- Dijo en voz baja (...)
Tal vez contarle lo que le ocurría no había sido una buena idea.
-Está bién, está bién- Habló con rendición Ana. Mientras agarraba una soda y se la tomaba. A la castaña no le daba mucha importancia lo que le sucedía a su amiga, de hecho se lo tomaba como burla.
-Pues como me contaste. Sientes la presencia de alguién al parecer "observandote"- Siguió hablando pero cada vez que formaba una palabra, su voz se iba tornando más sería.
-Sí. Esto me pasa desde hace unas semanas- Aseguró (...)
El par de amigas quedaron en silenció unos segundos, (...) estába analizando la situación y lo que le ocurría desde hace pocos días.
Para ella sentir una presencia que la observaba y incluso que la siguiera, no era nada bonito, de hecho le daba mucho miedo que algo le pudiera pasar.
-...y si... - Habló Ana de despacio, intentando meterle "misterio" a lo que iba decir.
-¿Y si?...
-¡Y si es un ser de otro universo que se enamoró de ti! - Grito la castaña, haciendo que (...) diera un pequeño salto por el repentino grito de su amiga. Después de eso, de forma rápida empezó a tatatear una canción de suspenso.
-¡Eres una idiota! - Exclamó riendo
-¡Vamos! Es una increíble teoría- Ana se le unió a las risas.
-¿Y si solamente es el estrés? -
-Es lo más seguro- Aseguró Ana ante lo dicho por (...).
Después de ese día no se volvió a tocar el tema.
La femenina se despertó de forma rápida. De sus mejillas se escurrian pequeñas lágrimas, y de su frente había sudor.
-Otra pesadilla...otra horrible y fea pesadilla- Dijo (...) para si misma.
No era la primera vez que para (...) tenía pesadillas. Esas eran unas de las razones por la cual no le gustaba dormir. Por eso, en el rostro de (...) habían grandes y notorias ojeras. Algo que era motivó de burla para Ana.
(...) se levantó de su cama con cuidado. Sus padres estaban durmiendo, no se iba a arriesgar a que también se despertaran. A paso lento, se dirigió a la ventana que había en su habitación, y sin más la abrió. Dejando que el frío aire entrara a su habitación, dejando que su cabello se elevará levemente de sus hombros.
(...) respiró lentamente, intentando que el aire resolviera su "paranoia". (...) admitiría que desde que sintió que la observaban, no se sentía segura por eso desde ese instante, estaba mucho más paranoica de lo usual.
