Pt. 2

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El olor inundó su nariz, el olor a alcohol y cigarros eran mucho más fuertes dependiendo de la zona en que caminaras. Todo estaba obscuro y de vez en cuando tenso, la situación empeoraba seguido por los putos borrachos que la liaban en el local.

Es asqueroso ser un guardia de seguridad, protejer la puerta privada del burdel en donde las putas abren sus piernas a los clientes. Repugnante el olor que salen de esos clientes pero delicioso el olor a sexo que sale de uno de ellos, especialmente uno.

— Jefe.

Hizo reverencia cuando este salió de la zona privada. Asqueroso, puede ser su mano derecha, pero lo trata como mierda.

— Jungkook, tendrás que quedarte hasta las 12 de la mañana. Adiós.

Caminó riendo burlón y orgulloso de su poder. Puso cara de asco, otra vez sin dormir, lleva trabajando desde las 9 de la mañana y lo peor es que no le pagaban las horas extras. Rara vez lo hacen, de por sí le pagan bien.

— Jodido asqueroso, yo que me encargo de hacer toda tu mierda así me lo agradec‐... ¿Mh? Joder, ¿otro borracho?

Volteó molesto, divisó una silueta de baja estatura, con voz suave a la vez seductora. Apenas se veía en ese pasillo, todo obscuro y apenas llega la luz de los escenarios donde bailan las strippers. Cansado, por fin pudo observar su rostro una vez se acostumbraron mis ojos. Es él.

— Disculpa. Sí, son mis llaves, gracias.

Ríe ronco, hizo reverencia y miró hacia atrás al sentir una presencia, era el jefe que venía hacia su dirección. Bufó rodando los ojos y le arrebató las llaves.

— Es mejor que te vayas, este hijo de puta no sabe como joderme.

— No quiero, estoy algo harto por hoy, de complacer a los que me esperan allá.

Sonrió sin dientes y sin tapujos, habló directamente con el jefe, de mala manera.

— ¿Qué quieres?

Miró de mala forma al sentir el toque del jefe sobre su hombro.

— Te advertí sobre poner tus asquerosas manos sobre mi cuerpo, imbécil.

— Oh, oh. Que no se te olvide tu posición, Jimin ¿Tú eres la puta que se pone a charlar de lo más bien con mi mano derecha, pero conmigo no?

Jimin bajó la cabeza. Jungkook pasó del tema, les dió la espalda visualizando a las dos personas que se encontraban esperando sobre el sofá lujoso de sky rojo. Solo siguió escuchando.

— Solo venía a avisarte que te esperan. Son dos, no estarás solo, te ayudará alguien, agradece eso.

— Claro jefe.

Le sonrió con falsedad, caminó chocando hombros para molestarlo, el jefe no hizo nada más que sonreir ladino ante el comportamiento de él. Jungkook lo miró sobre su hombro cuando nombró su nombre.

《 Joder, aquí vamos de nuevo
Pensó.

— Jungkook, diles a esos hombres que pasen a la habitación 107, esas dos putas los recibiran con las piernas abiertas.

Alargó su carcajada y Jungkook se mantuvo en silencio, era de esperar, él se lo toma todo gracioso, si supiera como esos clientes dejan a las putas del recinto, se lamentaría. Empuñó sus manos una vez el se fué, estaba tenso, el olor repugnante que yacían en sus fosas nasales apareció por unos segundos cuando el jefe se iba.


— ¿Quién no le tendría rencor? Es un completo hijo de puta.

Estirandose, ríe negando.

— Jimin, con que te llamas Jimin.

Caminó por el local, hasta llegar a ellos, frunció el ceño y tensó su mandíbula, reconoció a uno de ellos. Intentó relajarse pero esa sonrisilla tan peculiar que hacia su amigo, le mataba la cordura.

— ¡Jungkook! ¿Que tal por aquí? Hace tiempo no nos veíamos.

Inquirió ladino, Jungkook lo miró con desprecio y por supuesto de pies a cabeza, ¿quien no lo haría?

— Supongo que tu mujer debe de estar bien con tu hijo... Digo yo ¿no te cansas, Taehyung? La última vez que nos vimos fue antes de ayer, imbécil.

Evadió su pregunta, simplemente atacó con ese tema, Jungkook no quería arruinar la ingenuidad de la mujer de Taehyung por lo cual tenía que tragar bastante. Él, lo miró frunciendo el ceño, iba a hablar pero el otro cliente apareció junto a una puta.

— Acompañadme, podeis pasar por ese pasillo, hasta la habitación 107. Vuestras putas os esperan con las piernas abiertas. Disfrutad.

Con una sonrisa fingida, los acompañó hasta la entrada, Jungkook no pudo relajar su expresión, le jodía ver a su amigo follarse a 3 putas mientras que su mujer le espera hasta las altas horas de la noche, con su hijo, sola, engañada. Lo peor no es eso, aprovecha justamente para acostarse con la puta que más desea, Jimin.

No habia mayor deseo que ese, los fetiches de Jungkook ya eran otra cosa, lamer la saliva de su oponente deleitado en el placer, ver sus expresiones con el antifaz cubriendo la mitad de sus rostros, maskefilia, un fetiche muy querido por él, contando el salirofilia y el bondage, el poder lamer o tragar la saliva y sudor de su oponente le encantaba y el atarlo y dejarlo sin huída era otro encanto. Jungkook soñaba y deseaba con ansía poder hacerle eso a su puta preferida, no la ha probado pero no tardaría en hacerlo, tenía muy en cuenta que Jimin acabaría arrodillado ante él lamiendole la polla y rogando que le diera más veces por detrás.

— Oh, Jimin... Ojalá supieras todo lo que te haría. — Suspiró intranquilo.

La pequeña molestia quería agrandarse, el tan solo pensarlo a Jungkook se le ponía dura, pensareis ¿que clase de enfermo és? Ninguno, el tiene sus gustos y está orgulloso de ello, vergüenza no tiene ninguna, su carita de niño inocente y sonrisa de conejo engaña, hasta que te lleva a la lujuria en la cama y sale el demonio que tiene en su interior. Capaz de te hace llegar al orgasmo, de eso no tiene duda, una cosa es que quiera, si Jungkook quiere que te corras lo hará y muchas veces, sino quiere, te jodes. Debes gustarle mucho para que lo haga.













 ‟Prostíbulo"  《KOOKMIN》+18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora