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Dark moon, away up high up in the sky

Oh, tell me why, oh, tell me why you've lost your splendor.

- Bonnie Guitar.

▪︎ Marzo 21, 1998

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▪︎ Marzo 21, 1998. Las Vegas, Nevada, Estados Unidos.

Bajo una luna oscura...

Las calles americanas eran gélidas y solitarias a pesar de vivir en la ciudad de la vida nocturna, al menos así lo veía la pequeña castaña que aunque no lo aparentaba analizaba a cada persona que se le cruzara en frente.

Las personas iban y venían en grupos numerosos con ropas de colores brillantes y combinaciones tan locas como la moda de las marcas más prestigiosas y sus ganancias desbordantes les permitían usar. Para Aria no era más que un circo de sexo, drogas y dinero, lamentablemente, ella vivía en aquel ambiente.

Bajo una luna oscura...

Aria pensaba que ni siquiera la luz de la luna era suficiente para iluminar aunque sea un poco las asquerosidades y peligros de la noche.

Una luna oscura.

Sin embargo siempre amo el hecho que había una luna a la cual recurrir para limpiar su mente y bañar su alma con un poco de paz viéndola tan única en el cielo, quizás no con una luz propia pero sí con una gracia que las demás estrellas jamás podrían igualar.

— ¡Aria! ¿Dónde estás? — La voz de su madre era casi inaudible gracias al retumbar de la música por toda la zona, pero era el único sonido familiar que tenía en su radar además del distinguible idioma y acento natal que aún conservaban. Daba gracias por tener un buen oído.

— ¡Voy mami! —

Como de costumbre corrió por aquel callejón tras el casino donde vivía ya hace bastante tiempo, sentía el fuerte olor a alcohol que en un inicio la hacía vomitar, escuchaba los morbosos sonidos desde la boca de personas que siendo pasada medianoche se encontraban en lo mejor del acto; llegó hasta la puerta de entrada a camerinos donde su madre la esperaba. Aria le regaló una sonrisa sin dientes, había perdido algunos y le avergonzaba que la vieran así. Su madre la vio con seriedad y esto hizo que esta se borrara.

— Mami... ¿sucede algo? — el corazón de la menor comenzó a oprimirse al ver el rostro gélido y estricto de su progenitora aguadarse de a poco mientras sus ojos brillaban al contraste de las lágrimas y la única bombilla que daba luz a aquel callejón.

Había un hombre a su lado y este les dio la espalda con indiferencia. La pequeña cada vez se confundía más; ¿qué pasaba?, ¿por qué su mamá de repente lloraba?, ¿quién era ese hombre?

Danna Torres era una mujer fuerte y hermosa, que lastimosamente había jugado mal sus cartas en el pasado y ahora su hija cargaba con las consecuencias de ello. Lo que pasaría le dolía como si le estuvieran arrancando el corazón.

TSUKIMI | Chifuyu MatsunoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora