[ XII ]

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The great protector
Is that what I'm supposed to be?
What if all this counts for nothing
Everything I thought I'd be?
What if by the time I realize
It's too far behind to see?

The great protectorIs that what I'm supposed to be?What if all this counts for nothingEverything I thought I'd be?What if by the time I realizeIt's too far behind to see?

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Pelear, inclusive sin motivo, es algo que está en la naturaleza de todo ser humano.

"¿Qué tal Torres?, ¿disfrutaste de andar por las calles con una puta bolsita de polvo en lugar de abrir las piernas como nosotros?"

No importaba si los rostros cambiaban siempre hubo alguien que le recriminara el no trabajar en el negocio de "carne" del grupo Meiji cada vez que los barrotes metálicos cerraban el cuadrilátero de lucha en el que se convertía su celda a la que debía llamar lugar de descanso.

Siempre había vivido entre golpes.

Aunque la, en ese entonces castaña, sabía a la perfección que aunque su cuerpo desnudo fuera vestido por las manos de los guardias dentro del cuarto de producción de droga jamás sufría lo que era estar debajo de algún medianamente pudiente que lograra pagarle sus servicios y sentía lástima por quienes sí tomaban su lugar en ese trabajo.

Sin embargo, jamás iba a aceptar un golpe sin dar otro a cambio.

"¿Celoso, Ayuzawa?"

Recuerda a Ayuzawa Nagato y su fino cabello rubio platinado esperarle con frecuencia en la celda para iniciar su dosis de golpes diaria desde la noche en que habían asesinado a su hermano por el intento de escape de Aria.

La costumbre se volvió una droga en la que Aria a diario sentía esa necesidad de librarse en una pelea con alguien, sentir dolor de otra manera que no fuera en su corazón.

Luego de conseguir su libertad gracias a Jacob y estar en rehabilitación durante tres meses logró dejar varios hábitos y olvidar pensamientos que le perjudicaran, pero esa ira e impotencia que le habían dejado aquel quince de agosto no se irían, por lo que debía encontrar una manera de canalizarlas.

Así que volvió a su hogar, las calles.

Durante meses Aria escapaba por la noche a dónde Tokyo perdía el decoro y la luz natural de la luna era reemplazada por las neón de los bares y casinos que decoraban las calles por donde caminaba hasta encontrarse con un cuadrilátero donde tiempo después el nombre Blake causaría que muchos se abstuvieran de entrar a pelear u otros se emocionaran más por hacerlo.

Blake se embelesaba en el sabor a victoria mientras Aria se ahogaba en el intento de reemplazar el dolor de su corazón con algo físico.

TSUKIMI | Chifuyu MatsunoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora