[ XI ]

115 15 39
                                    

It's the evening light
Shining through the curtains
The time before the night
When everything is golden.

You're sitting on the chair
Wrapped inside a bedsheet
Playing with your hair
Watching people on the high street

You're sitting on the chairWrapped inside a bedsheetPlaying with your hairWatching people on the high street

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"¿Qué dibujas, Danny?"

La cabellera azabache tan larga y lacia cayendo por su hombro al momento que sintió dos manos apoyarse sobre estos mismos y poco a poco sentir un peso extra sumarse a su espalda.

"Intento imaginar como se ve la libertad en algo material."

Esta vez choco sus ojos negros con los grises contrarios antes de que ambos rostros se dibujara una sonrisa.

"Y ¿qué imaginas?"

"Solo me entraron ganas de ir a acampar contigo y los chicos."

La pelinegra la tomó de la mano levantándola de la silla de su escritorio.

"¿Qué haces?"

"Vamos a decirle a los chicos que vayamos a acampar. Y me dan igual las quejas de Keisuke por los mosquitos."

La castaña entonces solo pudo soltar una baja risa nasal mientras agachaba la mirada negando, lentamente se acercó y depositó un suave beso sobre los labios de su acompañante, esta solo río un poco y acarició levemente la mejilla pecosa de la contraria.

"Eres increíble."

"No más que tú."

Ambas cabelleras castaña y azabache desaparecieron por la puerta de aquella habitación dejando sobre el escritorio viejo y arañado un dibujo sin color de lo que eran seis chicos y dos chicas tirados en el césped observando la luna..., bueno, siete chicos y una chica.

En el borde de la página había una pequeña nota en un recuadro en la cual se leía "Querida Aria, cuando estés lista para regresar, recuerda cuál es tu libertad."

.

.

.

Aquellos ojos como la obsidiana se abrieron de par en par con una reacción nerviosa que había recorrido todo su cuerpo.

Su respiración era agitada por la reciente impresión pero nada que al comenzar a adaptarse a la luz no fuera calmando. Al enfocar su vista descubrió a su alrededor las paredes blancas de una pequeña habitación la cual en ese momento era iluminada por la luz natural del sol que se filtraba por la ventana.

TSUKIMI | Chifuyu MatsunoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora