Capítulo 2

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Después de escribirle la carta e ir a correos, me duché. Estuve varias horas sin hacer nada antes de almorzar. También hablé con una amiga  que conocía desde que era una simple pequeñaja que no sabía hablar muy bien. No éramos mejor amiga, yo no creo en esa palabra. Se llamaba Gloria.

Cuando terminé de hablar con ella, miré el reloj y eran las 14:25. A las 14:56 me llamaron para comer, mi padre. 

-A comer, Maya.- Gritó.

-Voy.- respondí.

Bajé a la cocina y comimos tranquilamente mi padre y yo. Lo normal, él y yo, nadie más, sin mi madre. Él no tiene ni idea de que le escribo cartas a mi madre, cree que me conformo con verla dos veces al año, y no. Pero era mi padre y lo quería igual. 

Recuerdo unas palabras de mi madre antes de marcharse: "Recuerda mi presencia mientras presencies mi ausencia, te quiero" 


Esas fueron las últimas palabras que oí de ella en el aeropuerto antes de irse a Lleida. Recuerdo que en esa época yo odiaba mi vida. Y a mi padre.

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Martes, 8 Septiembre, 2015.

Quedaban pocos días para el instituto, estaba bastante nerviosa, la verdad.

Me levanto, y la misma rutina de siempre, o eso me creía. Le escribí la carta a mi madre y fuí a Correos. No tenía ganas de volver a casa, así que me senté por donde estaba el río Guadalquivir. Allí estuve cerca de media hora, con la música a todo volumen, como mi madre.

Volví corriendo a casa, no me venía mal un poco de ejercicio. Saludé a mi padre al llegar a casa y nos sentamos a comer.

-¿Qué tal estás, Papá?- le miré fijamente a los ojos sonriendo.

-Estoy bien, ¿Qué tal estás tú? ¿Has planeado algo con alguna amiga?- Preguntó.

-¿Tengo cara de haber hecho planes?- Nos reímos.

Continuamos comiendo, veía a mi padre serio, pero no decía nada. Pasaron varios segundos...

-Maya...-Tengo que informartede una cosa, pero antes...- se frotó la cara. Debo decirte que sé que esto no te va a gustar nada, ni mucho menos emocionar.

Dímelo ya, Papá. No me asustes.- Tartamudeé.

Mi padre a veces, a decir verdad, es muy exagerado. Eso alguna veces me molestaba, ya que a mi me asustaba.

-Maya.- Me han ofrecido un trabajo en Madrid. Yo... sé que te cuesta adaptarte, pero necesito el dinero. Espero que no te importe.

Lo decía todo tan rápido que yo no podía decir nada. Pero tampoco tenía nada que decir. Aunque chicos, estaba realmente jodida. Me costaba la vida hacer una amiga. Eso era verdad. Imaginaros lo que me costaría hacer una nueva vida en Madrid. Él seguía hablando 

-Te prometo que te ayudaré en cualquier apoyo que necesites, soy tu padre y quiero lo mejor para ti, lo sabes. Vendremos aquí algún que otro fin de semana, si te apetece, por si quieres ver a Gloria...

Por fin paró de hablar. Parecía que había soltado lo más difícil que ha tenido que soltar en su vida.

-Papá.- Le dije.- No te preocupes, allí estaré bien.- Le mentí. Además me da igual dónde vayamos, si te tengo conmigo.- finalicé.

Justo terminé de comer. Me levanté y le di un beso.

-Te debo mucho, Papá.- Sonreí.

Posdata: Me encantas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora