Capítulo 6

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Al final del día Pierce salió del trabajo dirigiéndose al LUX, no era muy tarde las 9 en punto con exactitud marco su reloj de muñeca cuando llego al piso de Lucifer, cuando se abrió el ascensor el otro ya lo esperaba con una copa en la mano.

"Bien Lucifer, ya estoy aquí, cuál era la idea nueva que querías discutir conmigo, porque si es algo como veneno, ácidos o cortarme por la mitad, te aviso que no funciona" trato de no ver el vino caro al resbalar por la garganta de Lucifer, antes de llegar y en todo el camino, se convenció de que no haría ni esperaría nada que no fuera obtener la ayuda del diablo para con suerte morir, pero joder, estaba tan endemoniadamente atractivo, los ojos le brillaban, el traje que traía le quedaba perfecto al cuerpo y su sonrisa, todo lo invitaba a besarlo, acariciarlo, hacerlo suyo... cuidarlo, pero no, estaba aquí con un propósito solamente.

"Claro Pierce, aunque se me ocurren cosas interesantes y divertidas que podríamos hacer juntos hoy, realmente tengo una idea para matarte, estuve revisando escritos y rituales egipcios que incluyen una daga del infierno para completarlo, conseguir todo para intentarlo tomara una semana aproximadamente, pero si has esperado milenios, ¿no creo que una semana sea mucho pedir verdad?"

El teniente considero la idea de Lucifer, había hecho algunos rituales antes, pero ninguno incluía una daga labrada en el fuego del infierno quizá, con suerte este sería su tiro de gracia.

En todo momento en el que Pierce estuvo pensando las nociones del nuevo plan, Lucifer no despego la vista de él, estaba captando todo del teniente, sus ojos, el ceño fruncido en concentración y la forma en que su chamarra de piel se ceñía a sus brazos, no quería sonar repetitivo dentro de su mente, pero le encantaba sus brazos, siguió mirando unos segundos más tratando de evitar morderse el labio o hacer algún movimiento insinuante.

"Bien Lucifer, entonces avísame en cuanto tengas todo listo, con suerte esto será lo que cierre nuestro trato por fin" Era curioso como la idea de no volver a ver al diablo, al menos en "vida" no sonaba para nada alentador, al contrario una opresión ligera en el pecho le decía que su mente estaba totalmente en contra de eso. "Bueno, si eso era todo será mejor que me vaya"

"Espera Pierce, cual es la prisa, ven y toma una copa conmigo" No espero respuesta, se encamino al bar para servir algo de vino en un vaso para el teniente.

"No creo que sea conveniente Lucifer, no después de lo que paso entre nosotros, además entro temprano mañana al trabajo, será mejor que me vaya" estuvo a punto de girarse para salir al ascensor, pero la mano de Lucifer en su brazo lo detuvo, vio por un momento la mano en él y luego vio a los ojos a Lucifer, parecía indeciso y un poco triste, joder que si lo veía así no podría negarle nada, pero no podía dejar que él lo descubriera, eso sería su ruina.

"No te vayas Marcus, no quiero quedarme solo esta noche" No sabía en nombre de su padre que lo hizo rebajar su orgullo para decirle eso, pero cuando menciono lo que paso entre ellos y lo vio alejarse para marcharse, se sintió desolado, triste y no quería verlo salir, lo quería con él, solo para él. Estaba tan mal pero se sentía tan correcto, que fue imposible resistirse.

"Escucha Lucifer, esto no está bien, se supone que estoy intentando algo con Chloe, además si esto siguiera entre nosotros solo nos traería más problemas" Estaba seguro de que debía negarse a esto, eso era lo mejor, el padre de Lucifer fue el ser que lo maldijo a través de uno de sus ángeles dicho sea también, hermano del mismo, definitivamente algo entre ellos saldría mal de cualquier forma, además estaba la detective, estaba intentando algo ahí, y si bien era para conseguir su propósito no creía que fuera bueno que la engañara con una infidelidad además de todo. Pero el diablo lo estaba haciendo ceder, se veía tan vulnerable, además nunca imagino que le pediría que se quedara y mientras más lo observaba más suyo lo sentía, como una extensión de él para cuidar y mimar, maldita sea la suerte pero no había mas que hacer, lo más seguro es que por la mañana se arrepentiría.

El teniente soltó un suspiro.

"Bien Lucifer aceptare un trago y quizá una manta para dormir en el sillón si se hace tarde"

Lucifer no pensó que Pierce aceptara en realidad, eso debía significar algo, y por ese momento se olvidó de quien era él, quien era Pierce y quien era su padre para los dos, tampoco importo Chloe, dejo los dos vasos sobre la mesa que tenía a lado del sillón de dos piezas que estaba en la estancia e hizo un además al teniente para que se sentara, quien lo hizo sin esperar más que el vaso ofrecido con anterioridad, pero aparentemente no lo obtendría de inmediato.

Lucifer no espero más tiempo, ya habían pasado suficientes días en los que no estuvo en paz consigo mismo esperando un momento como este con el teniente y no lo dejaría pasar, era muy egoísta, pero él era el diablo, que más esperaban.

"Lucifer ¿Qué?..." no tuvo más respuesta que los brazos de Lucifer alrededor de su cuello y su cuerpo encima del suyo en una posición muy íntima y comprometedora.

"Vamos teniente, no me digas que no quieres lo mismo" tampoco espero respuesta, pues se abalanzo a los labios del teniente, por un segundo en el que el otro no reacciono, pensó que debía juntar todo su orgullo y levantarse dignamente, pero en un momento Pierce comenzó a responder desesperadamente a sus labios, era dominante y sensual, sus grandes brazos estaba tocado cada parte del cuerpo de Lucifer, empezaron a respirar entrecortadamente por falta de oxígeno, juntaron sus frentes y se vieron a los ojos un segundo antes de que Lucifer rompiera el silencio de nuevo.

"Creo que debemos llevar esto a la cama" Pierce asintió todavía con la respiración acelerada, sintió el impulso de Lucifer para levantarse pero no lo dejo hacerlo, cuando Lucifer levanto la mirada interrogante, Pierce solo lo levanto en brazos y lo llevo directamente al cuarto de Lucifer.

"Espero que tengas lubricante Lucifer" joder si era sensual hasta su voz, este momento estaba resultando perfecto y mejor de lo que Lucifer hubiera imaginado, le esperaba un sexo increíble, estaba seguro. 

El corazón es efímero cuando se es inmortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora