- No lo sé, han pasado demasiados siglos desde que dejé de ser humano, tengo más experiencia siendo esto que soy ahora, de lo que fui en el pasado, y si bien intento aferrarme a las conductas humanas de las que tú fuiste testigo, ya no es lo mismo, ninguno de nosotros se engaña, puedes pretender que nada ha cambiado, pero las cosas son muy distintas, ser un demonio es muy diferente a ser un ser humano, sobre todo, cuando los años han pasado…tu concepto de la vida cambia por completo, el tiempo, el amor, el dinero, el hogar, la familia, el pasado, el presente, todo es muy diferente desde nuestro punto de vista, puedo intentar explicártelo y tú podrías hacer un esfuerzo por intentar comprenderlo, pero no lo entenderías aunque quisieras, solamente la experiencia podría ayudarte a tener una idea de lo que significa, e implican, mis palabras.
- El problema aquí es que Vicente siquiera me permite comenzar a experimentar por mí misma, no quiere que me asome a su mundo y mucho menos, que entre en él.
- El problema aquí es que tú nunca deberías haberte enamorado de él, no se supone que nada semejante deba suceder. Quien en su sano juicio se enamora de uno de los caballeros del Maldito.
- Gracias por eso.
- No pretendía agraviarte, mis disculpas, me he expresado mal.
- No, lo has dicho muy bien, todos ustedes creen que esto está mal, que nosotros estamos mal, pero no es así, lo que yo siento es amor verdadero y el amor verdadero nunca podría estar mal, no importan las circunstancias, no importan los protagonistas. Tú te enamoraste de un humano, vives con él ahora.
Gaspar me sonrió con benevolencia. - Diogo ya no es un humano, y sí, yo aprendí a quererlo cuando él todavía era humano, pero yo no lo se lo confesé hasta que él hubo cambiado. La diferencia más importante entre Diogo y yo, y Vicente y tú, es que Diogo ya había tomado la decisión de cambiar cuando yo lo conocí, él ya se había entregado, pero era demasiado joven para cambiar, de modo que yo lo acompañé hasta que estuvo listo, y solo entonces, solo cuando él ya era uno de los nuestros, le hice saber lo que sentía, dio la casualidad de que yo también despertaba afecto en él desde hacía mucho tiempo, pero su elección ya había sido hecha, él no cambió por mí, no me entregó su alma a mí, ni yo le hubiese pedido que lo hiciera. El punto es que no resulta agradable arrastrar a nadie hasta esto, en ocasiones a mí me desagrada tener que hacerlo, a veces las personas están realmente convencidas de lo que quieren pero tú no puedes dejar de pensar que están cometiendo el peor error de sus vidas- se encogió de hombros-, y nada puedes hacer.
- ¿Qué has dicho?-. Frené tan bruscamente que la camioneta casi se clava en la cuneta de la esquina.
- He dicho que cuando alguien toma la decisión de entregarse gratuitamente tú ya no tienes derecho a cambiar eso.
- Yo quiero entregar mi alma a cambio de nada.
Me miró en silencio.
- Se lo he dicho a Vicente más de una vez, pero él me ha contestado que no permitirá que me entregue, si las cosas son cómo tú dices, cómo es eso posible. ¿Cómo es que él pueda negarse y tú no, a tomar un alma cuando la persona ya la ha dado?-. No me contestó-. Esto no tiene ni pies ni cabeza. Gaspar, por qué Vicente puede negarse.
- Si te quedas aquí parada nos llevarán por delante.
- Contéstame, quieres. Por qué con él es diferente.
En vez de decir algo, miró hacia fuera. La luz que colgaba justo en el centro, entre las cuatro esquinas se apagó. Procuré no asustarme, debía ser un simple fallo eléctrico.
- Es distinto porque tu alma simplemente no estaba destinada a esto, eso es todo, era para ser comprada, no para quedarse como prenda mientras tú existes en la tierra como demonio. Es diferente, él te dejó libre y ahí termina todo, ya no eres nuestra.
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"Purgatorio" (segunda parte de "Todos mis demonios".
RomanceSegunda parte de esta intrigante serie. ¿Qué vale más, tu amor, tu alma, tu vida? ¿Qué prevalecerá al final de esta segunda entrega? Lee para descubrir si es posible que en un demonio haya luz.