Cuatro dentro de la conejera

72 15 14
                                    

Deep Space Isekai

Capítulo 2: Cuatro dentro de la conejera

.

Caminaba sola por las calles de Jedorson, un muchacho apuesto la vio de reojo y ella desvió la mirada. Enojándose por su timidez, fue a un puesto a pedir un vaso de leche, otro joven, más agraciado aún, discutía con el mercader porque no tenía dinero para pagar la leche consumida.

—Yo pagaré la leche —dijo, el apuesto mancebo le sonrió y entonces todo se tornó oscuro.

Por un segundo angustioso creyó que se había vuelto ciega, pero luego pudo ver las tímidas lucecitas pegadas en la pared.

Dolor, sintió dolor en todos sus huesos, incluso le dolió la musculatura del antebrazo superior y el hombro. Se levantó pese a que temió que se le rompería los huesos de la cadera y al erguirse sus ojos se aclimataron a ver en esa semioscuridad.

«¿Dónde estoy?». «¿Qué es te lugar?». Apretó sus dedos alrededor de su báculo de sacerdotisa, dio unas llamadas tímidas para saber si estaba sola, ni el eco se animó a contestarle.

Intrigada por las lucecitas, olvidó el sueño que tuvo y se aproximó a la pared desnuda.

«¿Qué es esto? Parece un hechizo de luz continua pero mal hecho y sobre varios puntos dispersos; nunca vi un efecto así, son luces multicolores, no creí que se podía hacer tal cosa».

Sus dedos acariciaron las lucecitas y comprobó que estaban encapsuladas en un elemento duro que no supo reconocer; también le impresionó la textura de la pared, suave y lisa, sin ninguna imperfección en su superficie.

—Metal.

«Es metal, ¿solo es esta pared o todo el lugar está hecho de metal? No, imposible, ¿quién haría algo tan absurdo?», pensó, pero comprobó que todo el recinto estaba hecho de pulido metal.

Dadeip volvió a tantear las paredes valiéndose de la palma de las manos enfundadas en guantes.

Dio golpecitos y empujó un poco cada tantos metros, en uno de esos intentos tuvo suerte y su peso activó un panel de presión. Lo que era una puerta se deslizó hacia arriba y Dadeip cayó de bruces al suelo.

Junto al dolor de sus brazos, producto de haber evitado que su nariz se estrelle en el piso, sintió por sus fosas nasales el inconfundible aroma de la sangre. Se levantó de inmediato y comprobó que sus manos y ropa que cubría sus antebrazos estaba manchada de sangre.

—¡Por nuestro señor, Dios! —gritó y se santiguó apretando primero sus labios y luego el parpado derecho y luego el izquierdo con su meñique.

Una vez pasada la sorpresa, pudo ver con más claridad el corredor donde se encontraba.

Un corredor de metal, pero su superficie presentaba acrecencias y ángulos cóncavos y convexos a distancias que no guardaban equidistancia unas de otras, aparte que algunas áreas vibraban, zumbaban o emitían calor.

—Hola, ¿hay alguien aquí?

«¿Qué es este lugar? ¿Es el cielo, el purgatorio o el infierno? ¿Será el limbo?».

Donde se encontraba la pared y el techo, a intervalos regulares, luces muy tenues mostraron el largo corredor y se animó a explorar las inmediaciones.

—Espejos —se dijo a sí misma y se aproximó a monitores empotrados en la pared metálica.

La superficie era muy pulida, pero debido a la escasa iluminación, apenas pudo distinguir las facciones de ese rostro redondo suyo.

«No está hecho de plata, ¿qué material podrá ser?».

iseaki : Deep Space Isekai (completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora