Capitulo 1: El tren, Londres y la Señora Shaw.

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Un suspiro y el tiempo se detiene.
Un lamento y los latidos de mi corazón se aceleran.
Una lagrima y nada podrá ser lo mismo otra vez.

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Las nubes hoy son grises, la lluvia se aproxima o es lo que logro ver a través los cristales un poco sucios del tren.

-No tengo dinero de sobra, he usado mis ahorros de mi antiguo trabajo de medio tiempo en la librería de la señora Shaw, solo he completado los pasajes del tren de mi arcaico pueblo hasta Londres y unas cuantas comidas no mus sustanciosas, espero encontrar una agencia pronto, antes del toque de queda seria lo mejor- le comento al señor de enfrente con el que he mantenido una grata conversación si podríamos llamarle así a que yo hable y el me observe.

- Usted es una persona muy amble al escuchar mi vida sin quejarse- le digo al señor del cual no se el nombre- las personas suelen hartarse de lo mucho que hablo pero.. es algo que no puedo evitar, menos cuando estoy nerviosa y como no estarlo cuando te han echado de tu casa de acogida, no lo cree...- el hombre solo me observa- algunos podrían juzgarme loca, pero hablando en serio no es mi culpa la estúpida genética, yo no pedí escuchar, sentir y ver fantasmas señor- le comento mientras como una galleta de mantequilla, le ofrezco moviendo el paquete cerca de el y toma una- solo quería ir a la escuela, leer algunos libros, tener una familia..., igual no es momento de ponernos tristes, pronto llegaremos a Londres y tendré que caminar mucho, es mejor que guarde energías-

Es raro que no conteste, pero he visto cosas aun mas raras, tal ves lea la mente…señor parpadee dos veces si necesita ayuda.

-Sus lentes son un poco curiosos señor si me permite decirle, se supone que también tengo que usar, realmente solo lo hago para leer, suelen caerse mucho de mi cara y eso me parece molesto, mi hermana de acogida Emma, siempre decía que eso empeorara mi vista y no podre ver nada cuando sea grande y yo le digo que cuando eso pase ya no tendré que estar buscando fantasmas en casas antiguas con el peligro recurrente de perder mis lentes, pero así es Emma o era...

-¿Papá?-se escuchaba la voz de una mujer al final del compartimiento- ¿papá donde estas?, siempre haces lo mismo.... oh aquí estas- dice la mujer acercándose a mi asiento- papá por qué te fuiste- dijo viendo al señor mientras el solo la observaba, después volteo a verme a mi- señorita, hola, una disculpa por el inconveniente que mi padre le pudo haber causado, es sordo- oh, eso explica algunas cosas- y sabe leer los labios pero... se le complica hablar con desconocidos- no creo que yo le sea desconocida al señor después de todo lo que le conté- De igual manera gracias por hacerle compañía señorita....

-Leonie, Leonie Grace y descuide no fue molestia, en todo caso fue un placer el tener la compañía de su padre - le comento a la amable mujer.

-Un placer Leonie, llevare a mi padre a nuestros asientos, espero que tengas un lindo viaje- me dice- igualmente- la mujer se va con el señor que no deja de verme, levanto la mano y la muevo en forma de despedida.

Ay no, no le pregunte su nombre, es un problema de siempre, si fuera por mi no conocería el nombre de nadie, siempre olvido preguntar, bueno...

Gracias señor sin nombre con lentes curiosos por escucharme.

Eso fue interesante, por lo menos pude sacar un poco de mis nervios con el vomito verbal que tuve hace unos minutos, una gran forma de iniciar el día.

Las 10 de la mañana y ya siento que puedo conquistar el mundo, con mi espada de plata, mi copia en francés de el retrato de Dorian Grey y medio paquete de galletas de mantequilla, estupendo.

Minutos después el tren se detiene por ultima vez, una voz suena por los altavoces anunciando nuestra llegada a Londres.
Tomo mi única maleta que había colocado debajo de mi asiento, me coloco bien mi pequeña mochila en la espalda, aseguro la funda me mi espada y tomo el estuche de mi violín.
Este violín es mi pertenencia mas preciada, cuando tenia 12 años conocí a la señora Ross Mery Shaw en la plaza central de mi pueblo, lo recuerdo como si fuera ayer, yo estaba ahí intentando vender un anillo que puede haya robado del alhajero súper secreto de la Madre Andrea, una mujer con modales espantosos  y también mi tutora legal, estaba parada arriba de una fuente.

- Señoras y señores, niños y niñas o cualquier ser vivo que tenga la magnifica oportunidad de escucharme, hoy les traigo una gran oferta a la que no podrán resistirse, por tan solo 5 libras podrán llevarse este anillo de plata, señores una gran protección para sus esposas, hijas o para ustedes mismos, y no solo eso, no pregunten, sin embargo les aseguro que este anillo perteneció a la Princesa Amelia segunda, un día llego un cazador de tesoros a este lugar y asesino a la pobre Princesa Amelia tomando su hermoso anillo...- nadie prestaba atención a esa pequeña niña morena con su cabello rizado y alborotado, con ropa mas grande a su talla, heredada de otros niños, pero ahí estaba ella, la señora Shaw escuchando desde la esquina de una cafetería, como las sombras en los rincones, se acerco a mi con paso cauteloso.

-Me interesas niña- fueron sus primeras palabras cuando estuvo en frente mío.

-Eh, ¿no será el anillo?- le cuestiono.

-No, tú y tu mente ingeniosa, tal vez sea tu creatividad, la forma en que tratas de vender ese anillo- comenta la mujer- necesito alguien que me ayude en mi negocio, la paga no es mucha, supongo que cualquier moneda te servirá- dice mientras observa mi vestimenta.

-Supongo que gracias por la oferta, aunque no se si aceptar, no se su nombre y tampoco de que es su negocio y aunque la Madre Andrea no sea la mejor persona, me enseño a no fiarme de los desconocidos.-

- Es cierto, una disculpa niña, ni siquiera me presente, mi nombre es Ross Mery Shaw y soy la dueña de la librería- cafetería Messon Shaw, solo ocuparía que me ayudes a acomodar unos libros y podrías leer los que gustes,- fantástico las monjas con las que vivo solo nos dejan leer cuando terminamos todas nuestras tareas, eso es nunca- ahora, me podrías dar tu nombre en ves de que solo te quedes mirando te lo agradecería-

- Oh si, si, eh, mi nombre es Leonie- Su mirada me pone un poco nerviosa.

- ¿Solo Leonie?-

-Si, solo Leonie-

- Muy bien, entonces...¿te interesa el trabajo?, si es así ocuparía que vinieras a la librería de martes a sábado a partir de la 1pm hasta las 5:30pm, para que tengas tiempo de llegar a tu casa antes del toque de queda- Es una buena oferta y yo realmente necesito ese dinero, no puedo dejar que Emma coma siempre avena sin sabor y que aun no aprenda a escribir o a leer...

- Esta bien, acepto señora Shaw- algunos podrán pensar que esto es peligroso, tienen razón pero cuando no tienes mucho que perder y tal vez puedas ganar, hay que intentarlo todo.

- Excelente, te veo mañana, se que es lunes pero es para mostrarte el lugar- me indica mientras observa un reloj que saco de su bolsillo- ya es tarde tengo que ir a casa y tu también pequeña Leonie y por cierto, Señora Shaw suena muy formal para mi, solo dime Señora Ross o Ross- dice mientras me da un pedazo de papel con lo que creo es la dirección de la librería, acompañado de lo que se podría considerar una sonrisa.

- Hasta luego Señora Ross, gracias por la oportunidad y no quiero sonar impertinente pero ¿le han dicho que su nombre parece de hombre?- suelta una risa ante mi comentario.

-Si, me lo han dicho, pero si suena o no de hombre eso lo decide quien tiene el nombre no el que lo escucha- creo que tiene razón- te veo mañana Leonie- así sin mas se va de la plaza, después de unos minutos mas de intentar vender el anillo sin mucho éxito, decido regresar al orfanato,  no me gusta mucho llamarlo así, prefiero casa de asistencia o donde un montón de niños se reúnen todas las noches a dormir después de intentar ganarle al mundo durante el día.

Trabaje un tiempo con la Señora Ross, tarde dos años en poder comprarme este violín, no puedo decir que me arrepiento, pero si hubiera sabido que tiempo después tendría que dejar todo lo que conozco y lo poco que tengo, tal vez hubiera considerado usar ese dinero en otra cosa.

- esa es una parte de la gran historia de como conseguí el violín donde te encuentras recargada, ya me tengo que ir no puedo seguir gastando tiempo sentada en esta banca, ¿no lo crees?, no contestes seria raro,- le digo a la gata negra que me ha seguido por toda la estación desde que baje del tren, ambas buscábamos refugio de la lluvia.

-No tengo mucha comida pero mira esta es una galleta de mantequilla..., se que no es muy sano pero no tengo otra cosa conmigo, ten- le doy la galleta, le acaricio el lomo, tomo mis cosas y me levanto con decisión.

Es hora encontrar una agencia.
O un trabajo que me de para comer, cualquiera es una buena opción.

Leonie Grace: La Cazadora De Fantasmas./Anthony Lockwood.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora