Vives cuando bebes el décimo tercer café con crema de la semana y, mueres cuando la corriente de resaca te sambuye en la niebla; inspiras, brisa que a la redonda de la carretera se perdió. Vives cuando duermes como un tronco y, mueres cuando recibes el décimo noveno despido; andas con cien ojos sin siquiera tener alguno, implantándote aquellos sabios, mas solo cambian de color. Vives cuando saboreas cada bocado y, mueres cuando lo que te queda fue lo que gastaste en el servicio; gritas sin las cuerdas vocales vibrarte, fracturando cual horca, sulfurándote cual cinabrio. Vives cuando tarareas la música y, mueres cuando te ahogas en la tempestad de tus pensamientos al pagar la factura del agua, la luz, la renta, los prestamos; lloras al nublarse pero las pestañas siguen secas y los ojos mirando al cielo escupir las lágrimas que infertilizaste. Vives cuando ríes hasta partirte de risa y, mueres cuando ni gracia te dió a pesar de que al resto les hayas hecho el día con tus elocuencias; sonríes sin fruncir los labios, tampoco emitiendo ruido pese a hacer eco en el silencio. Vives cuando te enfadas bien y, mueres cuando la sala se alumbra con las luces azules y rojas tras las cortinas.
Quiero vivir solo
Estar conmigo mismo
Quiero hallarme,
reencontrarme con aquello
que me hacía vivir; entenderme,
reconocer que sollozar
y gritar a los cuatros vientos está bien
¡Déjame llorar, maldita sea!
Sentirme; comprenderme,
dejarme llorar, abrazarme
Lamento si soy caprichoso,
no malentiendas mi pena,
no me abandones,
aunque al tiempo difuso lo vea.
Quiero
a solas conmigo estar
y,
tu presencia a mi lado sentir; tener
la compañía de tus palabras,
tu comprensión
y,
el cobijo de tu llama,
mí espejo,
mí reflejo efímero y vivaz
para no patear la silla.
Es tu compañía,
incondicionalidad
¿Puedo tenerla yo?
Yacen en un baúl mis recuerdos, mis distorsiones y sentires. Saber cuál será el próximo es demasiado caprichoso, pero no más que obligarme a luchar contra lo que más peleo mas siempre su capricho es que pierda las fuerzas de tenerlo. Nada es tan caprichoso como la vida, te exigirá decidir entre tantas cosas pero jamás elegir la muerte porque es celosa de perderte, por darte más dicha que ella. No sabía si llorar o reír pues ambas cosas se sentían igual, se sentían vacías, vomitivas, secas, insípidas, desoladas, pero... aún así sonreí mientras lloraba. Intenta estar vivo de verdad con todas tus fuerzas, trata de estar vivo. Porque ya estarás muerto suficientemente.
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Poemario
PoesíaAntes que nada, no esperen algo acá bien profesional ni aterrizado en la estructura poética pues este "Poemario" derivó de mi participación fantasmal en un círculo principiante de "poesía" pero tan sólo contiene escritos de mi autoría. Ahora bien ¿P...