Recuerdo cuando vivía en Saltillo y mi padre me dio la noticia que teníamos que irnos. La idea de dejar a David fue muy dolorosa, pero era un niña y no podía oponerme. Ahora crecí, tengo 19 años y no permitiré que pase lo mismo. David volvió y no lo voy a dejar.
-No, no ¡No puedes hacer esto! ¡No otra vez! -grite
-Perdóname __________ esto es importante
-¡Para ti todo es más importante que yo!
-No es así, eres mi hija y te amo
-¡No me iré! ¡Ni loca!
-Por favor __________, entiende
-Entiende tu papá, acabo de recuperar a David ¡No pienso perderlo otra vez!
-Lo sé __________, sabía que te pondrías así
-¿Cómo quieres que me ponga?, papá dime algo ¿Acaso ya no recuerdas como sufrí?
-Si recuerdo todo ¡Pero te iras conmigo quieras o no!
-No ¡JAMÁS! ¡Te odio!
Ni siquiera lo veo venir y mi padre me da una bofetada, me toco la mejilla y mi padre reacciona.
-__________....perdón...yo -dijo
-Te odio
Salgo corriendo de mi casa totalmente desorientada sin saber con quién ir, ¿Quién puede ayudarme? Esto es tan doloroso, no quiero perder a David, ni a mis amigos, a nadie. Entonces pienso en una persona que si me puede ayudar, una persona que siempre me escucha y jamás me dejara sola y esa persona es Ayde