DESATINO ADAPTACION [MEWGULF] FINALIZADA

Capítulo 3

Historia Original de KimMemoriesAndHopes

Caminó por mucho tiempo lo
que parecían horas y horas,
quizá su mente no lo percibió
en cambio su cuerpo pesaba y dolía en partes como los pies y hombros, había vagado por los limites de su pueblo mediante la luna y el sol como guía, era inútil percibir un aroma que jamás antea tenia el gusto de conocer. Pero llegó a la gran ciudad.

Gulf abrió sus ojos percibiendo con anhelo la orilla de la carretera que a esta hora de la noche se sitúa llena de autos yendo y viniendo a velocidad, personas caminando en todas
direcciones, muy sorprendido decidió seguirles el paso.

Grandes faroles.. ¿Edificios?
Si, lo leyó en un libro, tambien puestos Con personas vendiendo comida con distintas formas y olores.

No era muy distinto a su pueblo en tanto al comercio,
pero si a su edificación pues
habian muchas casas una junto a la otra sin urn jardín
grande para cultivos propios
o tiendas de todo tipo. Claro
que contaban con tecnología...

Pero estaba completamente
prohibida para los cachorros
hasta presentarse o cumplir la mayoría de edad.

Gulf vió una vez en su vida la pantalla colorida de un televisor, Tay siendo alfa tuvo uno desde que se presentó pero así mismo se
hubo alejado de su tonto y muy omega hermano menor.

Así era la ciudad, lucía mucho mas pacífica de lo que sus padres le habían comentado, no habían personas peleando ni golpeando a indefensos.

Además esas personas no
tenían aromas propios, pudo distinguir perfumes y productos de limpieza sobre
sus cuerpos, simples betas.

Quiso ir mas allá, buscar algo mas que le dijera que sus padres no eran un par de
mentirosos, y que todos los
relatos en donde los humanos golpeaban y quemaban a los demás eran reales.

Sus padres no pudieron mentirle... No de esa manera
condenando a vivir su juventud en una falsa libertad dentro de su pueblo.

Bajó la mochila colgada en su hombro y se dispuso a abrigar su cuerpo en una sudadera negra y gorro que
usaba siempre en casa, roció
neutralizador en su cuello y
manos permitiéndose caminar tranquilo.

No era un tonto, si estos
humanos se veían amigables
no debía por qué sentirse mal
y temerles sin haberle hecho
nada. No aún.

Algunos chicos volteaban a
mirarlo en su transítar por las calles, guiñaban sus ojos
y sonreían, él con buenos
modales devolvía el gesto.

¡Eran tan amables!

Por un momento se olvidó de
la matanza de su pueblo y la
desaparición de sus padres y
hermano.

Extrañaba su casa... Pero pasó frente a un colorido lugar que le llamó mucho la atencion gracias a las luces que tenía.

Preguntó mentalmente si
aquellos pastelitos se podrían
comprar con los billetes que
en su bolsillo estaban, no sabía si el cambio monetario
era igual que en la aldea...
pero intentaría. La muchacha
no se veía de mal aspecto,
sonreía achicando sus ojitos y su cabello le hacía ver muy
bonita y tierna. No, no era
mala persona.

—Ho-hola –saludó él, su voz
era mas ronca de lo que quiso y temió asustar a la chica —uh.. esos pastelitos.

—¿Hola, cuántos deseas? –
preguntó ella en tono dulce sin dejar de mirarlo con la sonrisa con que atendió al resto de clientes.

—Soy nuevo aquí –rasco su
nuca —y bueno... no sé como
manejar el cambio y...

—Oh déjame ver lo que tienes –ella extendió su mano sobre el mostrador, una palma rojita y muy fina, poseedora de dedos largos y delgados, toda una hermosura. Entró en mas confianza y depósito uno de los billetes —¡oh! esto es
mucho.