UN PAPÁ Y 4 ARTISTAS | RICHARD X CNCO

06 | Juguemos a la boda

Primero que nada ¡Gracias por los 1k de leídas! son un amor y por eso merecen maratón de 3 capítulos. Cuando se publique el siguiente capítulo, inicia el maratón. Más aparte se van a re subir las otras 2 partes que faltan en la trilogía de Fantasía. (Fantasía de la realidad y Fantasía en el tiempo). 

Pd: Este capítulo es narrador omnisciente, ya verán el porque.

Las/os amo  ❤. Disfruten del capitulo 

La noche había caído en la mansión de la abuela Camacho y cada quien se encontraba en su cuarto descansando y durmiendo. Excepto 2 chicos. El hijo mayor y el hijo de en medio, quienes compartían habitación entre ellos. La luna era su única compañía al igual que unas linternas ya que de alguna forma habían logrado levantar las sabanas para formar una casa, su fuente de poder y malicia. 

—¿Erick estará bien luego de esas hormonas locas? —preguntó el mayor mientras se aguantaba las ganas de reírse. Ver a su hermano correr casi desnudo por toda la casa por el calor que de pronto sintió, era un suceso muy divertido y por lo cual le haría burla durante un largo tiempo. Joel también comenzó a reírse pero no tanto como su hermano. 

—Pues si se besó con un árbol, te aseguro que estará bien —agarró un puñado de palomita y las metió todas a su boca. Parecía un conejo por tan infladas que se habían puesto sus cachetes—. Y se va a morir por lo que le espera mañana —predijo después de acabarse esas palomitas y su hermano mayor lo miró raro

—¿Qué vas a hacer Camacho? —preguntó con una ceja alzada mientras miraba con seriedad a su hermano

—Dígamos que mañana alguien se unirá a la familia —sonrió con travesura y sus ojos se hicieron chiquitos

Joel se acostó, decidido a dormir por lo cual se tapó hasta tapar su hombro. Zabdiel se acostó a lado de él, dándole la espalda y aún así se encontraba confundido. No entendía lo que su hermano trataba de decírle.

Se llegó la mañana y todos estaban desayunando. Tranquilos y sin platica, todos los habitantes de esa casa estaban más concentrados en comer que en convivir. Hasta que se tocó la puerta.

Miriam -quien trabaja de sirvienta en la mansión- fue la que dejó de barrer y corrió para abrir la puerta. Todos se miraron raro ya que no esperaban a nadie, excepto Joel.

—¡Ya llegue putos! —gritó Josh entrando con unas gafas de sol, un short de playa y unas chanclas. Sin olvidar su pelota color amarilla, quien la pateó y rebotó en la cabeza de Ernesto—. Perdón bro, ¿Quién te manda a estar tan cabezón?

—¡Josh! ¿Qué haces aquí? —preguntó Richard todo alarmado y levantandose de la mesa

—Oh sorpresa, otro inquilino más —dijo la abuela Camacho dando un sorbo a su café para tranquilizarse

—¿Quién es él? —preguntó Ernesto limpiandose su camisa ya que cuando rebotó la pelota en él, tiró su café.

—Soy la mejor persona que pudíste conocer en toda tu miserable vida, cariño —dijo Josh viendolo de arriba y abajo con una sonrisa al final"—. Vine a ayudar a los chicos a componer su primera canción —le explicó a todos— y también a usar la picina que se mira que el agua está rica. Compermiso

Y se fue para lanzarse a la picina.

—¿Eso es lo que le espera a Erick? —preguntó Zabdiel en susurro y Joel le pegó con su pie

—No, eso no.

Y otra vez fue tocada la puerta.

Richard abrió la puerta y se encontró con un chico de unos veintitantos años. Usaba lentes, vestía un traje negro y traía una carpeta llena de papeles. El chico le dijo hola con la mano