Capítulo 11.

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Hanji no paraba de hacerme abrumadoras preguntas sobre Zero, y Novara no era de menos, en cierto modo echaba de menos esto, pero en serio era abrumador, para que os pongáis en mi lugar os voy a dar como ejemplo alguna de las bochornosas preguntas que me hicieron; "¿¡Es tu amante!?" "¿¡Engañas al enano con el!?" "Sigues siendo virgen... ¿¡Verdad!?... ¿¡O es que acaso te volviste suculenta!? "
Juro que la mitad ni las entendí, y la otra mitad dije un no rotundo.
-Oye, tu no hagas caso a Novara, yo soy del equipo #Zero.-Me dijo hanji guiñándome un ojo.
-Jum, yo soy del equipo #Rivaille...- Se quejo Novara con el ceño fruncido.
-Da igual el equipo en el que estéis, a mi no me interesa nadi- Me cortaron antes de que pudiera terminar mi frase, de cualquier manera, al final terminamos riendo, y que suerte que no tardamos mucho. Después de comer con mis amigas y zero en la mesa en la que nos sentábamos Christa, Ymir y yo cuando vine aquí por primera vez, estábamos todos muy animados, y Jean se acoplo a nosotros, creo que intentaba ligar con Christa, pero Ymir no se lo permitió, dios, hubo una pelea de borracho y borracha... ¿De donde sacaron el alcohol?
Cuando aquel impresionante desastre terminó, nos fuimos todos a nuestras habitaciones a dormir, y claro que a mi me tocaba con Zero.
Cuando el y yo nos metimos en nuestros camastros, yo en el de abajo, y el en el de arriba, ¿Podría ser mas incomodo?
-Oye... ¿Te acuerdas de lo que prometí hace un año o dos?- Me preguntó zero mirando al techo.
-¿Qué me prometiste?-Le dije.
-Que siempre estaría a tu lado, y... ¿Recuerdas que me dijiste tu?
-N...no muy bien...- Dije avergonzada.
-Me lo imaginaba,- respondió- Me dijiste que me darías un beso... Si lo cumplía...—
Sería eufemismo decir que no me puse como un tomate, ¡Diós! Mi cara ardía.
-¿Qué yo dije qué?
-No me hagas repetirlo mocosa, y cumple ya con tu parte del trato.- Dijo serio, no logré verle la cara, no sabía si estaba tan avergonzado como yo, o simplemente no le daba importancia.
-¿Es en serio?- Pregunté.
El no respondió.
-Rivaille me mataría si lo hiciera, y Hanji también. - Recordé.
-Me lo imaginaba.- Su tono de voz torno molesto.-Buenas noches...- Me dijo.
Pasaron unas dos horas, y yo seguía sin dormir, hasta que me acorde ¡Ho diós! ¡Sesupone qué debí ir donde el sargento!
Me levante y caminé de puntillas hasta salir de mi habitación.
Bagué por los pasillos hasta que la ví, la puerta del despacho del sargento.
-Por favor que siga ahí...- Pensé.
Toqué la puerta, y un gran silencio, volví a tocar, y al fin.
-¿Quien demonios llama a estas horas?- Dijo su voz molesta.
-S...soy yo.. Chloe...- Le respondí.
La puerta se abrió con rapidez y una mano me estiró dentro de la habitación. Observé.
-Tan limpia como siempre.- Comenté sonriente.
El me miró con el ceño fruncido, y luego me acaricio el pelo, formando... ¿Una sonrisa? Si, ¡Juro que era una sonrisa! Mi cara se puso como un tomate al verlo, vaya, estaba en racha con eso de sonrojarme... Primero Zero, luego el sargento... Bla bla bla.
-¿Y am... Por qué quiso quedar con migo sargento?
-Dime Levi...- Me ordeno serio cruzado de brazos.
-mmm... ¿Sabes? Mi mejor amigo Zero se parece mucho a ti.- Dije con el rostro iluminado.
-tsk... Vous êtes seule mine...-(Eres solo mía...)
-¿Hee? ¿Que significa?- Pregunté.
-Significa que eres una mocosa...- Respondió serio y con leves matices rojos en sus mejillas.
-Tan amable como siempre...-Le dije sonriendo.
-¿Qué idioma es?- Pregunté.
-Es francés... Hace varios centenares de años, este idioma se usaba en un lugar llamado Francia...- Me respondió.
-Hooo, increíble.-Los temas de conversación se terminaron al yo decir esa ultima frase, me sentía incomoda, e inquieta, cuando en la estantería que estaba encima de la cabeza de rivaille, ví un libro que me llamó la atención: "Romeo y julieta" desde luego un clásico, hay quienes dicen que ese libro tiene mas de 500 años de existencia.
Fui apresuradamente a cogerlo y tropeze con mis propios pies cayendo de hocico, bueno, mas o menos, el sargento amortiguó mi caída con sus hombros.
Mi cara, su hombro, mi nariz sangrante... ¿Muy romántico no? Sarcasmo....
El me ayudó a levantarme, y me dió un toque en la frente.
-Al parecer los años pasan en vano...- Se quejó.
-¡Hey!- Me queje frotándome la frente.
-¿Qué pretendías hacer?- Preguntó.
-Quería coger ese libro. - Dije señalando Romeo y Julieta.
-Ven...- Me ordenó.
Fui hacia el, y puso sus manos en mi cintura, y en un pequeño esfuerzo, me levantó.
-Ponte a dieta...- Me dijo en notoria intención de molestarme.
-cruel...
-¿Vas a coger el libro o no?- Me dijo manteniéndome en el aire. Yo asentí con la cabeza y lo cogí, el me bajó, y se sentó.
-Ven... Leamos juntos...- Dijo girando su mirada a otra dirección.
Me senté a su lado, y el se quedó mirándome.
-Aquí...- Señaló su regazo.

Ataque a titanesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora