🌹Capítulo 30🌹

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☁️Narra Rubén☁️

Rubén: ¿En serio tienes que ir? —Pregunté por quinta vez.

Samuel: Tengo que hacerlo, Rub, estamos cortos de personal, pero si quieres no voy— Me abrazó aún más, si eso era posible.

Quise decirle que no fuera, que se quedara conmigo. Pero nuestros amigos lo necesitan.

Rubén: ¿Puedo ir yo? —Pregunté, aunque en el fondo sé la respuesta, que no tardo en llegar.

Samuel: No, te quedarás en el sótano con todas las puertas cerradas y con seguridad— Contestó seguro de sus palabras—. No quiero que nada te pase.

Nos quedamos unos segundos callados.

Samuel: ¿Ya tomaste tu decisión?

Rodé mis ojos.

Rubén: No te marcaré, Samuel.

Samuel: ¿Planeas dejarme en el futuro?

Rubén: Por supuesto que no.

Samuel: ¿Entonces por qué no quieres hacerlo?

Pensé en mi respuesta, negándome a decirlo en voz alta.

Rubén: Sólo no quiero hacerlo, si estás tan insistente compraré un collar para ti— Dije.

Samuel: No es lo mismo.

Rubén: Finjamos como si lo fuera— Me encogí de hombros—. Cuando nazca Brayan será suficiente lazo.

Samuel: ¿Brayan?

Rubén: Si es niño, si es niña aún no lo sé— Sonreí y escondí mi rostro en su pecho—. ¿Te gusta?

Samuel: Sí. Me gusta— Dejó un beso en mi cabello—. Ruby. Si es niña la podemos llamar Ruby.

Asentí.

Rubén: ¿Dejarán a Auron ir a la misión?

Samuel: Eso creo, pero Alexby está siendo muy precavido.

Rubén: ¿Cuándo será?

Mi alfa tardó unos segundos en decidir si me decía o no.

Samuel: Mañana mismo.

Rubén: Tienes que prometerme que no te pasará nada, cabrón— Pedí.

Escuché la risa de Samuel.

Samuel: Lo prometo.

☁️Narra Alexby☁️

Alexby: Joder, Fargan— Gemí, echándome un poco para atrás sobre el escritorio, pero los dedos de mi alfa seguían moviéndose dentro de mí—. Estábamos teniendo una puta conversación.

Fargan: ¿Quieres dejar de pensar en él?

Asentí y gemí una vez más cuando regresó con las cortas embestidas.

Alexby: Alguien puede venir.

Fargan: Cierra las puertas y ya deja de preocuparte— Me estiré y cerré las puertas desde mi portátil, como me lo pidió—. ¿Puedo follarte?

Asentí sin dudarlo tan siquiera, ignorando por completo que estamos en horario de trabajo y que me está pidiendo eso contra mi escritorio.

Se alejó de mí y me puse en pie correctamente, fui hacía el otro lado del escritorio y abrí el último cajón, donde guardo cosas que no me gustaría que nadie más viera.

A SALVO 《Rubegetta》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora