XXVIII

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Cuando era pequeña dibujaba sirenas, tanto que las paredes se llenaban de dibujos sin sentido que solo yo entendía.

Hoy crecí, tengo una sirena dibujada con tinta en el brazo izquierdo, y dibujo, ahora con trazos prolijos, una sirena invisible que alza frente a mis ojos en la orilla de la playa (o tal vez no tan invisible)

EpifaniasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora