CAPITULO XI

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Un día como hoy, hace mucho tiempo atrás; en el imperio de Joseon...

Las puertas del palacio se habían cerrado, en pocos minutos comenzaría la ejecución para aquella dama de la corte la cual, había envenenado al príncipe heredero.

-Detente por favor, necesito ver al príncipe heredero una última vez...

Hablo aquella joven castaña la cual temblaba, su miedo e impotencia eran más grandes que el dolor que atacaba su cuerpo a cada movimiento. Si, los últimos tres días habían sido completamente horribles y agonizantes, entre golpes con tablas, hasta apretar sus piernas con madera, al grado de hacer que sus huesos resultaran heridos.

No fue sino hasta que logro ver a aquel joven de cabellos castaños y ojos color miel. Vestir las ropas adecuadas de un príncipe, pero... ¿sería este solo un espectador más?

- ¡Majestad! - grito desde el fondo de su garganta, un simple grito tan desgarrador que no se necesitaron más palabras. Suplicaba por ayuda y piedad.

-Alto, tenemos una orden directa del rey

La voz agitada de un hombre se escuchó desde lo más lejano del pasillo que desembocaba con la plaza central del palacio.

-El rey, cancela la ejecución...

Aquella joven suspiro aliviada, el cielo había escuchado sus suplicas, aquel rey tan soberbio y atemorizante, seguramente se había apiadado de ella.

Ayudada por un par de guardias, estos recorrieron los pasillos hasta dar con el joven príncipe, quien estaba acompañado de la dama superior de la corte. Esta vestía el traje blanco; característico de la ejecución.

- ¿Q-que hace vestida así? - fue lo primero que pregunto la castaña. Era más que claro lo que sus ojos veían.

- Yo envenene al príncipe heredero... lamento, que las sospechas hayan llegado hasta ti- hablo de manera firme aquella mujer mayor

-N-no... esas son mentiras... usted miente...- sentencio la castaña, quien tomo la mano de la mayor y con las pocas fuerzas que quedaban en su pequeño ser, logro llevarse a la mayor, hasta esa pequeña desembocadura con el rio- quería llevarme a conocer su pueblo ¿no? es un buen momento... para hacerlo... por favor... vamos hoy mismo

Hablo con nervios la menor, agradecía el hecho de haber escuchado las palabras del príncipe heredero "Dejen las ir", ese simple acto había logrado detener a los guardias.

-No podemos ir hoy... mi pequeña... seremos fugitivas... y ninguna persona logra escapar de los ojos y el poder del rey de este país- hablo la mayor mientras detenía los torpes movimientos de la menor, quien trataba de desatar la barcaza para irse.

-P-pero... usted solo está muriendo en mi lugar, esto es solo una fachada... va a morir y el verdadero asesino sigue suelto por ahí

-Oh pequeña, soy una mujer adulta, se lo que hago... a diferencia de ti... yo ya he vivido suficiente- suspiro y abrazo a la menor mientras trataba de consolarla- deje de ser una mujer desde que perdí al bebé del rey... y tu... tu llevas en tu vientre al hijo del príncipe heredero... -Hablo lo último en un susurro, dado que era un secreto.

-Usted, ¿Cómo sabe de eso? - pregunto la menor quien se encontraba en shock ante lo que se suscitaba.

-Te he cuidado desde hace cuatro años se reconocer cuando mientes. Se reconocer los síntomas de un embarazo, pequeña, tú tienes una carga más que yo. Una vida inocente la cual debes de proteger, si vas a ir lejos del castillo, no lo hagas por mí, hazlo por ese pequeño ser, que no tiene la culpa de los daños cometidos- dijo para después separarse de la menor- es hora de irme, si logras ser liberada de este lugar, por favor, no permitas que esa criatura se vea envuelta en los temas de esta familia

Promise |Kookmin| +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora