💜Esta es una nueva adaptación que les traigo de la pareja Junghope💜
Jungkook era uno de los sultanes más poderosos de arabia, su enorme palacio de fuego en Abu Dhabi era impenetrable, todos los ciudadanos le veneran y respetan por la riqueza de su...
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Yugyeom caminaba de un lado a otro en los enormes aposentos que compartía con su esposo.
Mordía su labio inferior mientras daba pasos completamente desesperado, odiaba tanto el que Jungkook no cayera en sus provocaciones, por años conquistó el corazón de los hombres más atractivos y ahora se sentía bastante patético en no lograr ni una reacción de su esposo ¿Qué andaba mal?
No entendía nada, no podía, noches atrás cuando su hermano había llegado al palacio logró que el sultán mostrara interés, no sólo eso, por poco lo hacían, Jungkook se detuvo y no comprendía el motivo, pero algo si era seguro, su padre quería un heredero pronto.
Su pedido de presionar al sultán había funcionado, pero, Yugyeom debía pensar en una manera rápida de estar embarazado, ahora eran dos los presionados y sabía cómo era la conducta del faraón al enojarse en caso de no obedecerle.
Volvió a recordar todo lo que había intentado con Jungkook y nada había resultado, sólo su hermano.
¿Eso era bueno o malo?
Yugyeom le había bailado antes al sultán y este no mostró ni asombro en su baile, pero con Hoseok todo siempre era diferente ¿Por qué a él siempre le resultaba bien todo lo que hacía? Lo amaba, pero en esos momentos comenzaba a odiarlo, logró inclusive que el sultán mostrara respeto e interés por él, por su hermano menor, le hacía hervir la sangre.
-Nunca serás mejor que yo hermanito.
Susurró y miro por el balcón la esplendorosa vista esperando a su esposo todo el tiempo que fuera necesario.
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Gruñidos y gemidos lujuriosos llenaron la habitación del príncipe menor, en esta era fuertemente tomado por el sultán, ambos con su cuerpo completamente expuesto.
Hoseok trató de resistirse después de que le había tomado en el baño, pero Jungkook era tan exigente y se volvía loco por la lujuria, las llamas en sus ojos eran tan grandes como el deseo de ambos, no se podía controlar el fuego y había solo una manera de apagarlo, llegando hasta el final hasta que toda flama se consumiera por sí sola.
Jungkook disfrutaba tener a Hoseok con las piernas abiertas solamente para él, apretaba y acariciaba estas reclamando cada parte de su ser, las embestidas eran tan certeras, con el mismo ritmo, sus cuerpos estaban ligeramente mojados después de aquel candente baño, las sábanas mojadas y el menor aferrándose a estas mientras cerraba sus ojos y sus mejillas ardiendo por lo enorme que era la virilidad del sultán, grueso y deseoso de continuar devorarle.
-J...Jungkook...
Las finas manos de aquel ardiente príncipe recorrieron el abdomen tan bien torneado del sultán, éste lamio sus labios y mordió el inferior.
El alto tomó la mano del menor para besar esta sin detener los duros movimientos sintiendo más de aquella caliente y mojada carne que apretaba como la primera vez.
