💜Esta es una nueva adaptación que les traigo de la pareja Junghope💜
Jungkook era uno de los sultanes más poderosos de arabia, su enorme palacio de fuego en Abu Dhabi era impenetrable, todos los ciudadanos le veneran y respetan por la riqueza de su...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¿En verdad debía ser así de trágico? ¿Así de cruel y tan devastador? Hoseok ya no sabía cómo describir la mala suerte que tenía y lo tan roto que se encontraba mientras estaba sentado en aquel carruaje real que el faraón mandó para él, cerrar los ojos no le ayudó en nada al recordar la imagen de Jungkook enojado y triste, combinada con la desesperación de detener a los guardias de Egipto que subían las pertenencias del príncipe menor, el moreno fue escoltado por todos esos hombres que anhelaban el regreso a donde pertenecían, todos sabían ahora de su compromiso con el príncipe chino, trató de convencerse mientras caminaba y escuchaba los gritos desesperados del sultán que era lo correcto.
Después en su mente había imágenes claras de como por querer alcanzarle un guardia por poco lastima con la espada al sultán sin importarle que fuera el gobernante de Abu Dhabi, Hoseok pudo detenerlo y sólo así acercarse por última vez a aquel alto hombre que le miró fijo suplicante a que no se fuera, lo único que pudo hacer el moreno fue acariciarle la mejilla con los dedos suplicándole que le dejara ir y que sería todo.
Jungkook apretó los dientes y rápidamente se rindió, volvió a mantener la compostura de quien es un fuerte gobernante y le deseó buen viaje al igual que fuera feliz.
Algo que claro no tendría.
Hoseok no pudo evitar derramar una lagrima presionando los labios y soportando el llanto, a pesar de todo lo amaba y perdonaba las hirientes palabras de aquel hombre que sin importar el tiempo que pasara, le seguiría amando con todo el corazón.
El calor comenzó a incrementar lo que le daba indicios de que se encontraban en el desierto, debían atravesarlo y en un par de kilómetros más llegarían al enorme palacio de Egipto que se alzaba entre tanta pobreza, a comparación de Abu Dhabi el imperio egipcio era demasiado cruel, las personas eran pobres y sólo los pertenecientes a la Corte tenían privilegios de vivir en el palacio o cerca de él, además de tener beneficios de tener banquetes y fiestas, mientras que los demás apenas y podían comer pan.
Retiró un poco de la cortina dorada para poder mirar que había llegado y suspiró.
-Esta vez de verdad terminó.
Susurró y al igual que Jungkook colocó su mejor cara seria, no mostraría su pena, a pesar de estar cubierto por el transparente velo, él no se mostraría de ninguna forma negativa, el faraón era sabio y no debía enterarse de su pecado con el esposo y sultán de aquel esplendoroso lugar.
Un guardia le abrió la puerta al hermoso ser, no le miró al igual que ninguno de los miembros de la Corte, el único que tenía el derecho era su padre el cual le recibió con una sonrisa orgulloso de él y le tomó de las manos besando los anillos de oro que tenía en todos los dedos.
-Mi hijo, nuestro bello Dios, te envié para que tu hermano tuviera la fortuna de esperar un soberano y regresas con un premio mucho más satisfactorio, tu compromiso con el príncipe Kim Namjoon.
