Autora: ccvhope
Rodeado de hermosas rosas, sus manos pinchadas por las espinas, un sonriente chico, envuelto en su nube de pétalos.. un corazón enamorado de su mejor amigo. quien pronto se casará. y el deberá ser el florista principal de la boda.
Un...
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— Hola mi amor.
Me quede completamente helado, no creí que volvería a verlo, nunca más, pensé que se había ido del país. Cuando fue adoptado justo antes de que cumpliera quince años. Desde entonces hubo veces en que pensé en él. Llegue a creer que me había enamorado por completo de él, era solo un mocoso. Confundiendo el gusto y la atracción con el amor.
—¿Minjae?
—El mismo..... tu Minjae.
— Woow, tu en verdad estas aquí.... no esperé volver a verte. Estás tan... guapo y cambiado. Los años en Londres te cambiaron mucho.— El sonrió de vuelta. En verdad los años le habían sentado bien.
—Gracias, tu estas mejor que nunca... increíblemente. Aun no creo que te hayas vuelto un modelo. Yo.. disculpa, pero...¿me invitas a pasar? Es algo incomodo hablarte desde la puerta.— me golpeé mentalmente por eso.
— Si, si adelante... pasa.
Minjae, fue hace años uno de los niños que eran muy amables conmigo en el orfanato, él, Jin y yo. Eramos bastante cercanos, a medida que crecimos eramos más unidos. A los trece algo en Minjae llamaba mi atención, su constante coquetería y sus sonrisas me hacían querer tantas cosas, más querer estar a su lado todo el tiempo.
—Veo que te va muy bien.— observo por todo el lugar rápidamente y se giro para estar de vuelta mirando a mi rostro.
—Si la verdad si. No me quejo.
— Pero por que lo dices tan... sin ánimos, ¿estas bien?
—La verdad es que no. Tengo un problema. Muy grande y creo que me volveré loco.
—Puedo ayudarte si quieres.
Lo que menos quería era hablar sobre mi pequeño precioso con Minjae, siempre fue muy celoso con lo que a mi refería. Era egoísta y odiaba prestar sus cosas. Tal vez no sea así ahora, pero no quiero hablar con el de Hobi.
— Esta bien así, dime.. ¿Qué te trae aquí?
— Deberías saberlo....
—¿Que, saber que?
—No puedo creer que tengas tan mala memoria mi amor. — Otra vez estaba allí esa sonrisa ladeada, Minjae podía comerse el mundo con aquella mueca, y en otros tiempos yo habría caído de rodillas por ella. Pero había otra sonrisa que me volvía loco ahora, una llena de luz y unos perfectos oyuelitos acompañándote.
— No se de que me hablas Minjae.
—Bueno, pasaron los diez años que prometí. Vine a por ti.
¿Que?, aún recordaba aquella promesa, tan solo teníamos quince años. En ese entonces el se iba con su nueva familia. Prometió que vendría en diez años por mi y me llevaría con él, que podríamos estar juntos y tener la familia que fantaseabamos en el orfanato. Claro estaba que yo crecí y pase por alto esa promesa, creí que Minjae con su belleza conseguiría a un chico guapo como los que siempre llamaron su atención, se casaría y viajaría por el mundo. por mi estaba bien, deseaba que tuviera éxito y felicidad. Yo tenía éxito, y con la llegada de Hoseok obtuve la anhelada felicidad.
