Después de un largo día, he hecho de cenar para papá y para mí, solo por que estoy harta de la comida comprada y tengo antojo de algo casero.
Decidí hacer algo simple: verduras a la mantequilla y un medallón de carne a término medio. Sé que eso nos encanta a ambos.
Sirvo una buena porción en ambos de nuestros platos y me dirijo a comedor, dejando uno en mi lugar y otro frente a papá, quien ya está sentado y ansioso por comer.
—Oh, eso se ve muy bien— dice él mientras toma sus cubiertos.
—Y espero que sepa igual— digo yo, soltando una risita.
—Seguro que si, ya sabes lo que digo, que tienes el mismo sazón que tu madre.
Tan solo de oírlo decir eso se me estruja el corazón. Yo nunca pude conocer a mi madre por que murió al darme a luz, pero papá siempre se ha encargado de llenarme de todos sus recuerdos sobre ella. Dice que somos muy parecidas en muchos aspectos, pero no sé si creerle.
A veces me siento muy culpable de que ella ya no esté con nosotros... a pesar de que todo el mundo me diga que no fue mi culpa y que se trató de una negligencia médica.
Le sonrío a papá para disimular que ese tema aún me duele y tomo asiento a su lado.
Ambos comemos mientras nos contamos qué tal estuvo nuestro día. Él me platica sobre la aburrida reunión que tuvo con sus socios y yo le platico sobre todas los buenas notas que obtuve en mis trabajos de hoy.
Y cuando terminamos de cenar, permanecemos en silencio unos minutos, hasta que papá habla de nuevo.
—Por cierto, he traído una botella de vino de la mejor calidad. Quizá podrías llevársela al sheriff, como una disculpa por haberle faltado al respeto y como agradecimiento por haber encontrado a tu caballo. Vive a un par de casas de nosotros.
Casi me ahogo con la limonada al escucharlo decir eso, creo que ha perdido la maldita cabeza.
—¿Qué? ¿Lo dices en serio?— cuestiono, realmente sin poder creer que me pida eso. Él asiente con la cabeza. —No haré eso, papá, puedes llevársela tú y decirle que le mando disculpas.
—Por supuesto que no, yo no fui el que perdió a su caballo ni mucho menos el que lo llamó mentiroso. Afronta las consecuencias de tus actos, Zella, estás a punto de convertirte en una adulta.
—Eso lo sé perfectamente, pero no puedes obligarme a disculparme— replico, intentando ponerle ojitos de cachorro regañado para que olvide esa idea.
—Claro que puedo. Ve a disculparte o no te dejaré competir con Mr. Fancy durante en verano— responde decidido.
Ouch, eso es un golpe bajo. Después de todo, papá es el que aún paga por todos mis caballos y competencias, así que si no quiero perder eso, solo me queda resignarme e ir a pedirle una disculpa al sheriff.
Maldito seas, Nick Goode.
—Te odio— le digo a papá a modo de broma y él me responde con una sonrisa exagerada, pues sabe que esta vez ha ganado la discusión.
Me levanto, dejo mi plato en el fregadero de la cocina y tomo la costosa botella de vino que se encuentra sobre la encimera, juntando el valor para ir a entregarla como ofrenda de paz.
El reloj marca las nueve p.m. y no tengo ni idea de si Nick ya se encuentre en casa, pero espero que si.
—Iré a disculparme— le digo a papá. —¿En qué casa dices que vive?.
—En la número cuarenta y cinco, básicamente es nuestro vecino.
No tenía ni idea de que viviera tan cerca, pero al menos agradezco que haya un par de casas de distancia entre nosotros. Me imagino que tener un vecino policía ha de ser lo más molesto de este mundo, y peor si se trata del sheriff con complejo de superioridad.
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𝙿𝚢𝚛𝚊𝚖𝚒𝚍 𝙾𝚏 𝙱𝚘𝚗𝚎𝚜 [𝚂𝚑𝚎𝚛𝚒𝚏𝚏 𝙶𝚘𝚘𝚍𝚎]
Fanfiction〝 𝘈𝘴 𝘵𝘩𝘦𝘺 𝘴𝘢𝘺 𝘐𝘵'𝘴 𝘵𝘩𝘦 𝘥𝘢𝘳𝘬𝘯𝘦𝘴𝘴 𝘰𝘧 𝘩𝘪𝘴 𝘮𝘪𝘯𝘥 𝘐 𝘤𝘢𝘯 𝘤𝘩𝘢𝘯𝘨𝘦 𝘋𝘰𝘯'𝘵 𝘺𝘰𝘶 𝘦𝘷𝘦𝘳 𝘭𝘪𝘴𝘵𝘦𝘯 𝘵𝘰 𝘵𝘩𝘦 𝘸𝘩𝘪𝘵𝘦 𝘮𝘢𝘯'𝘴 𝘭𝘪𝘦𝘴 〞