𝟾 | 𝙱𝚎𝚜𝚝 𝙵𝚛𝚒𝚎𝚗𝚍𝚜

1.1K 111 20
                                    

En este momento me encuentro sentada sobre las grada vacías de la cancha de fútbol, escuchando música en mi walkman, comiendo mi sándwich y observando desde lejos a las pocas porristas que se encuentran ensayando sus rutinas.

Esto es lo único que me queda después de que el idiota de Peter abriera la boca, pues a pesar de que mi rumor no duró más que un par de días, aún me siento juzgada al estar dentro de la cafetería, rodeada de todos. O quizá solo sea mi paranoia, no lo sé, pero me siento más tranquila estando sola.

Lo mejor de todo es que ya solo me faltan un par de meses para terminar la preparatoria y entonces al fin papá me enseñará todo lo necesario para comenzar a hacerme cargo de nuestro negocio familiar, aunque sea un poco.

Smells Like Teen Spirit invade mis oídos y el viento revuelve mi cabello, hasta que de pronto mi soledad se ve interrumpida.

Observo cómo Sam se despide de las demás porristas y comienza a subir las escaleras de las gradas hasta donde yo me encuentro, acercándose hacia mí.

—Hola, Zella— dice ella, tomando asiento a mi lado.

—Hey— le devuelvo el saludo mientras me quito los audífonos y pauso mi música.

—¿Aún sigues molesta conmigo?.

Frunzo el ceño y la miro, soltando una sonrisa.

—Nunca estuve molesta contigo, Sam, solo con el idiota de tu novio. Lamento haberte hablado de mala manera, estaba enfadada, pero sé que tú no tienes la culpa de que él no pueda mantener la boca cerrada.

Ella me devuelve la sonrisa y después suelta algo que jamás creí escuchar.

—Peter ya no es mi novio. Corté con él ayer.

—¿Lo dices en serio?— pregunto sorprendida. Sam asiente con la cabeza, apretando sus labios. —¡Al fin! Ya habías tardado.

Aunque no se lo diga, yo también ya me estoy encargando de Peter. En cuanto regrese de su suspensión será expulsado del equipo de fútbol y su admisión a la universidad de SunnyVale será revocada.  Papá usó sus contactos para conseguir eso, por que nadie se mete con un Goldsmith.

—Tenía que hacerlo— dice Sam con un suspiro. —No podía quedarme con él después de lo que te hizo, y además quiero recuperar a Deena.

—Me alegra escuchar eso, Sam. Sé que Deena es tu alma gemela, y es mil veces mejor que Peter.

—Supongo que sí— responde sonriente. —¿Y qué hay entre tú y el Sheriff Goode? ¿En verdad están juntos?.

Sé que a Sam le puedo contar toda la verdad, así que eso hago, le suelto todo lo que me he guardado para mí misma estos días.

—No tal cual. Ni siquiera sé lo que somos, simplemente nos divertimos un rato y eso es todo, sé que suena extraño, pero no tengo ni idea de lo que está ocurriendo...

—A mí me suena a que son amigos con derechos.

—¿Y es normal que un amigo con derechos esté dispuesto a casarse conmigo?— pregunto, eso sin mencionar que nos hemos dicho "te quiero" y que siento maripositas en el estómago cada vez que lo veo.

Maldición, ahora que lo pienso creo que es más serio de lo que pensaba.

—¿De qué mierda hablas?— Sam frunce el ceño. —¿Acaso ya te pidió matrimonio?.

—No, eso es idea de mi padre, pero cometí el error de comentárselo a Nick y ahora él ya está más que dispuesto y...

—Zella, para— me interrumpe Sam, tomándome de las manos y frenando mi frenético hablar. —Escúchame, no tienes que hacer nada que tú no quieras. Sé que siempre has intentado complacer a tu padre en todo lo que dice, pero esto es distinto, no puedes dejar que se meta en tu vida amorosa, eso lo decides tú.

—El problema es que no sé qué decidir.

Sam lleva su dedo índice a mi pecho, picoteando donde se supone que está mi corazón.

—Lo que tu corazón diga. Si quieres casarte con él, hazlo, o si quieres divertirte y mandarlo al carajo, también hazlo. Lo importante es que elijas sabiamente y que seas feliz.

Tiene toda la razón. Toda mi vida me he dedicado a complacer a mi padre en todos sus caprichos. Pero ya no más. Seré yo la que decidirá mi futuro con Nick Goode.

—Gracias, Sam. Lo pensaré.

Ambas nos sonreímos la una a la otra.

—Cambiando de tema— añade. —Este sábado  habrá una fiesta de disfraces, y quiero que vengas conmigo.

¿A quién demonios se le ocurre hacer una fiesta de disfraces en plena primavera? Suena algo extraño, pero tampoco le diré que no, hace meses que no voy a una fiesta.

—¿Dónde será?— le pregunto.

—En ShadySide— responde, y eso ya no me agrada, por lo que se apresura a decir: —Y no me digas que no. Por favor. La pasaremos bien, solo tú y yo.... Y tal vez Deena.

Escaparme por un rato de todo el ambiente de SunnyVale me asusta, pero también me emociona, creo que podría ser algo divertido. Además, nada malo me puede suceder si me mantengo cerca de ellas, así que termino aceptando.

—Bien, lo haré por ti, Sam.

Ella se emociona y me abraza por un par de segundos.

—Me tengo que ir— dice apresurada. —Más tarde te llamaré para darte la dirección ¿de acuerdo?.

—De acuerdo. Ahora vete a duchar que apestas a sudor— la molesto, soltando una risita.

—Púdrete, Zella— me devuelve el insulto entre risas, para después darse la media vuelta e irse de aquí, bajando por las gradas y dejándome sola otra vez.

Me como los últimos bocados de mi sándwich y mientras mastico pienso en algún disfraz que pueda comprarme, y también pienso en alguna excusa para papá, aunque eso es más fácil, simplemente le puedo decir que la fiesta es en casa de Peter, y listo, jamás se enterará de que estaré es ShadySide.

𝙿𝚢𝚛𝚊𝚖𝚒𝚍 𝙾𝚏 𝙱𝚘𝚗𝚎𝚜 [𝚂𝚑𝚎𝚛𝚒𝚏𝚏 𝙶𝚘𝚘𝚍𝚎] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora