Legado

I.- Pequeña Constelación

En Beacon Hills se encuentra la manada más prestigiosa y conocida de Estados Unidos. La alfa Thalia Hale se encontraba en la entrada de la mansión junto con su esposos y hermano cuando un auto negro se estaciono frente a ellos, de el salieron dos chicos, el primero de 16 años de cabello castaño de ojos azules con ligeras motas café, el segundo, un pequeño de 10 años de cabello castaño de ojos whiskey y piel blanca cubierta de lunares. En cuanto bajaron el auto se fue dejándolos frente a la mansión.

- Alfa Hale, agradecemos su hospitalidad. Soy Jordan y el es mi hermano Mieczyslaw – presentó el mayor con cordialidad y respeto hacía la mujer

- Pueden llamarme Stiles – dijo el pequeño aferrándose al brazo de su hermano enterneciendo a los presentes

- Es un placer que los dos estén aquí. Como saben me llamo Thalia, ellos son mi esposo Andrew y mi hermano Peter

- Aquí estarán a salvo, es un gusto conocerlo – dijo Andrew esbozando una sonrisa cargada de calidez y cariño, un hombre de cabello castaño oscuro de ojos verdes

- Jor – llamó el pequeño jalando de la playera de su hermano – Un lobo muy bonito – señaló a un lobo de pelaje azabache que estaba cerca de ellos - ¿Es de su manada? – preguntó viendo a los tres mayores

- ¡Oh! Él es Derek, mi hijo – presentó Thalia viendo como el pequeño castaño se acercaba al lobo y este se dejaba acariciar moviendo ligeramente la cola

- ¡Wow! – exclamó una pequeña de cabello azabache de ojos café – Le agradas a Derek, soy Cora

- ¡Hola! – saludó una castaña de ojos miel al mayor de los hermanos – Laura Hale

- Veo que nuestros cachorros no tendrán problema – comentó Thalia viendo como su hijo no se separaba del pequeño castaño que tampoco lo soltaba

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Dos años después.

Las cosas se habían vuelto mucho más animadas desde la llegada de los hermanos. Jordan y Laura recién empezaban una relación, al parecer y sin sorprender a nadie se dieron cuanta de que eran compañeros pero eso era algo que toda la manada ya veía desde mucho antes. Cora y Stiles eran muy unidos, mejores amigos pero el pequeño estaba completamente encaprichado con Derek, el ahora adolescente amaba al pequeño, era su mundo al ser su compañero peor aún era un niño y no podía decirle.

Stiles corría por el bosque junto con Cora y Scott, un pequeño latino de cabello azabache de ojos café, uno de los betas de Thalia y mejor amigo hombre de Stiles.

- ¿Qué le vas a dar a Derek por su cumpleaños? – preguntó Scott viendo a su amigo

- Jor me ayudo a comprar esto – sacó una pequeña cajita de terciopelo abriéndola y mostrando una cadena plateada con un dije de triskel

- Esta muy bonita Sti, mi hermano lo va a amar – dijo Cora emocionada

Stiles se sonrojo guardando la caja. Los tres niños llegaron a la mansión donde ya los demás estaban junto a Derek en la parte de atrás en una pequeña fiesta que habían organizado, los adultos miraban de manera seria al joven.

- Sti – susurró Scott tratando de parar a su amigo al igual que Cora

Stiles se quedó sorprendido cuando vio a Derek tomando la mano de Paige, una niña muy amable y aunque el menor la adorara sintió como su pequeño corazón se rompía pero no pudo evitar devolver la sonrisa cuando la chica lo había visto.

- ¡Sti! ¿Cómo has estado? – le preguntó Paige soltando la mano de Derek acercándose al menor

- Paige es bueno verte. Todo bien, soy el mejor de mi clase – dijo con una gran sonrisa en su rostro pero rodos los lobos podías oler la profunda tristeza del pequeño al igual de como guardaba la pequeña caja hasta el fondo de sus tejanos

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Un año después.

La pérdida de Paige no solo le había afectado a Derek sino que también a Stiles. A pesar de todo el lobo y el castaño se volvieron a unir hasta que apareció Kate Argent.

La mansión Hale se encontraba en llamas cuando Laura, Jordan y Derek llegaron al bosque corriendo después de una llamada.

- ¡Mieczyslaw! – gritó Jordan desesperado pero los policías no los dejaban pasar al igual que a los otros dos – No entienden, no lo puedo perder. Es lo único que me queda – las lágrimas no paraban de salir de sus ojos, su mirada parecía destrozada

Antes de que pudiera decir algo más pudieron ver como toda la manada salía de la mansión pero Derek sintió su mundo caer cuando Peter salió con un Stiles en sus brazos gritando de dolor.

- Sti – susurró Derek con dolor de ver a su pequeño de esa manera, su alma se partía en mil pedazos al escuchar los gritos desgarradores del menor

- Niño de t13 años, quemaduras de tercer grado y heridas por la madera además de que respiro mucho humo – dijo el paramédico subiendo a la ambulancia junto con Jordan y Thalia

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Cuando Stiles estuvo fuera de peligro Derek se marchó sin despedirse de él rompiendo por tercera vez su pequeño corazón.

- Si te vas puede que él siga adelante – le había dicho Thalia antes de dejarlo ir