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❝ ¿Quién tiene el control? ❞
Miraba desde la ventana de su habitación como su novio bajaba de su auto con una mirada perdida y unos grandes ojos llorosos. Hablaba con una vecina y quien lo abrazaba como a un niño pequeño, sollozando en su hombro, se limpiaba las lágrimas y seguía como si nada su recorrido hasta perderse en el jardín con rosas color rojo sangre.
Y entonces el sonido de las llaves abriendo la puerta lo sacaba de su planeta, Temo se adentraba a su habitación, le dedicaba una mirada tierna, tan acogedora, le daba un beso rápido en los labios y le platicaba como había sido su día en el trabajo, como se divertía con sus compañeros y como había llegado un nuevo maestro a la escuela, un tal Rodrigo García con quién había hecho una linda amistad pues compartían la pasión por las letras.
Aristóteles escuchó todas sus historias con interés, le brillaban los ojitos cuando escuchaba a su novio hablar, encontraba fascinante la manera en que se expresaba, lo amaba muchísimo, llevaban 4 años de relación, y confíaba ciegamente en el, sabía que el nunca lo dejaría solo; pero ese día sentía algo distinto, un mal augurio le taladraba los pensamientos cada que el nombre Rodrigo salía de sus labios, estuvo todo el día tratando de convencerse que no había nada raro en que Temo tuviera un amigo, el también los tenía y nunca habían pasado por ningún problema.
Entonces, estaba a punto de tomar una ducha, cuando una punzada en la cabeza lo derrumbó en el frío suelo, gritó de dolor pero no fue rescatado ni auxiliado, se tomaba la cabeza mientras escuchaba murmuros que en un principio no tenían sentido hasta que se unieron en palabras que lo atemorizaron, caminó hasta recargarse en el lavabo, llevándose varias cosas al piso, todo le daba vueltas.
Ya no te ama.
¿Quién te querría? Eres un simple gato de quinta, muy poca cosa para el, el merece más que un músico fracasado como tú ¿Pensaste que el te amaba? Que idiota eres.
Ya se cansó de ti. Cómo todos lo hacen.
Aristóteles cubrió sus oídos, ¿Qué eran esas voces? ¿Por qué le decían esas cosas tan hirientes? Estaba encerrado en el baño, miraba fijamente el espejo y mojaba su rostro, tal vez no había dormido bien y estaba imaginandose esas cosas, Temo lo amaba, estaba seguro de ello, nunca lo dudaría. El estaba orgulloso de él, el lo alentaba para no desistir de su sueño, nunca se cansaría de él... ¿Cierto? Desesperado golpeó el lavamanos al tan solo imaginarse sin su novio en su vida, sin un pilar tan importante donde sostenerse.
El se irá, tal como lo hizo tu madre.
Te dejará solo porque eres feo, tan solo mírate, esas horrendas ojeras, esos labios partidos, secos y tus granos llenando todo tu rostro.
¿Qué eres tú? Un pobre idiota que pensó que un hombre como Temo lo amaría por siempre.
No. No. No.
Eso no era cierto, se miró en el espejo, pasó sus dedos por cada imperfección, y recordó la piel suave de Temo, tan tersa y delicada como la de un infante, sus ojos no tenían ojeras pues siempre cuidaba sus horas de sueño, su cabello siempre estaba en orden, sus camisas eran pulcras, las combinaba con elegantes sacos, y lindas corbatas, en cambio el era un holgazán que vestía pijama todo el día, que no podía encontrar ni un solo empleo y que había reprobado la universidad. Tenía razón, el era mucho para el, un Dios y el era un simple mortal, pero si el se había fijado en el sin con todos sus defectos no lo dejaría ir por nada del mundo, el era suyo, en la vida o en la muerte el sería siempre suyo.
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Tuyo.
FanfictionT | ❝ [ ¿ʏ ᴄᴜᴀʟᴇꜱ ᴅᴇꜱᴇᴏꜱ ᴍᴇ ᴠᴀꜱ ᴀ ᴅᴀʀ? ] ❞ Entonces, por más que intentas correr no puedes escapar del infierno al que te condenaste por tus sucios pecados, en todas tus vidas te seguirán, y llorarás en los brazos del hombre que dices amar suplicand...