Me duele el estómago. No sé si es por llevar 2 días sin comer o la depresión. A opinión, no creo que tener depresión sea completamente culpable de cómo se desborona la vida. Duele más ver cómo afecta a las personas que realmente nos aman. Preferir no hablar con nadie por pena y no ser una molestia, porque seamos honestos: Una vez que te escuchen está bien, pero cuando son todos los días, cansa.
La depresión se presenta en diferentes maneras en cuerpos que reflejan, manejan, sienten diferente. Esto fue algo con lo que empecé a vivir desde que tengo 10 años, no sé por qué o cuándo realmente empezó, pero he sido fiel testiga de cómo he dañado amistades, vínculos familiares y afectivos por culpa de mi adicción a alejar personas. Y depresión no es solo -alejar personas- es sobre cómo lloras a las 4 am sin nadie a tu lado, pero con 20 personas que darían la vida por ti y te aman, pero tú, estás sola en la mitad de la nada pensando ¿Por qué estoy sola? ¿Por qué nadie me quiere? ¿Seré importante para...? ¿Realmente haré falta? y es ahí, en la cumbre de la tristeza donde tomas decisiones. Estas serán no realizar nada al día siguiente porque ¿Cuál es el punto de hacerlo? ¿Para qué comer, bañarme, cepillarme, peinarme, hablar, si no valgo lo suficiente o nadie me querrá igual si lo hago? Pensamientos que se tornan en decisiones, luego en hábitos y finalmente, acaban con la vida y las ganas de vivirla, y ahí, justo ahí, se hunden las personas que nos rodean y aman.
Lo mencionado anteriormente es solo el inicio de un eterno viaje con muchos obstáculos llamados: ansiedad, pánico, astenia, adinamia, anhedonia, y 10x nombres raros más, que en pocas palabras definen las pocas o nulas ganas de vivir con método de suicidio indirecto incluido. Si no se trata, claramente. Ese método de suicidio indirecto es para mí el no comer y 5 años después -o menos- desarrollar gastritis o problemas intestinales, insomnio y a la vez disminución de la vista por usar celular, laptop, a las 4 am a oscuras, discapacidad para hablar con más personas, problemas dentales por no cepillarse, quizá acné por la grasa de la cara generada por dormir en exceso y no bañarse, sedentarismo, problemas alimenticios, anemia, y como lo describí, un suicidio indirecto. Una manera de matarse sin directamente hacerlo.
¿Por qué a mí? Me lo pregunto cada rato. Es decir, tener 19 años y no vivir como los demás y tampoco como la sociedad esperaría. No sé cómo será la vida de las jóvenes de mi edad. Quiero sus vidas. Quiero ser esa persona que siente emoción de vivir cada segundo, disfruta la vida con cada vista al cielo, risas, palabras, ropa o comida. Pero no. La vida en medio de su elección al azar de a quién le toca qué, eligió para mí, la mejor de las opciones: La depresión.
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19
RandomAnnebelle, con depresión severa desde los 16 planea su muerte sin mirar atrás. Pablo con amor al mundo y batallando con el cáncer, le quedan 5 meses de vida. El futuro los pondrá juntos pero el final será desastroso. ¿Quién morirá primero? Una mirad...