2.

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Jisung escogió un conjunto rosa pastel, quería verse lindo hoy, llevaría un pequeño barniz color negro, para pintarle las uñas a Minhonnie. Lo echó a su mochila, pues lo que menos quería era que se le olvidara, llevaba algunos días sin verlo pues los exámenes de la universidad eran muy pesados, con trabajos apenas tenía tiempo de comer.

Reviso su mochila por última vez, la colgó en su hombro y se despidió rápidamente de sus padres. Salió sonriendo, caminando felizmente, hoy Seungmin no iría a la universidad, así que le tocaba caminar, igual a él le gustaba hacerlo.

Se puso sus audífonos a un volumen moderado, caminaba tarareando la canción.

—Pero mira quién tenemos aquí, al maricón de Jisung.

Jisung escuchó, pero prefirió ignorarlo. Se podría decir que ya estaba "acostumbrado" a que esa bolita lo molestara, así que ignorarlos era la mejor opción.

Intentó pasar de largo pero una mano se posó en su hombro jalándolo para atrás haciéndolo caer. Su trasero cayó en el pavimento mojado, haciendo que el impacto doliera aún más.

—Jeno, ¿puedes dejarme?, ¡no te he hecho nada!— Las lágrimas del rubio mojaban sus redondas mejillas, su labio inferior comenzó a temblar cuando se empezaron a poner alrededor de él, formando un círculo.

—Tú existencia es suficiente para hacerme algo, imbécil.— Sintió el puño del pelirrojo en su cara, tirándolo instantáneamente al suelo de nuevo.
Jisung estaba seguro que le quedaría un hematoma, y él ni siquiera podía defenderse, sólo podía seguir llorando.

Jeno levantó su pierna para darle un patadón, Jisung se puso en posición fetal cubriendo su rostro, acurrucándose en el frío pavimento.

Pero el golpe nunca llegó, levantó su rostro mirando como su Minho tenía tomado del cuello a Jeno, mientras los amigos de este amenazaban al grupito del pelirrojo.

Estaba asustado aún, pero mirar a Minho defendiéndolo lo hacía sentir protegido, nunca había lo había visto tan enojado como lo estaba ahora; sabía que estaba diciéndole algo al pelirrojo, pero no lograba escuchar que era. Al final Jeno y su grupo huyeron de allí.

La mirada almendra se posó en él, le sonrió de lado acercándose donde se encontraba aún sentado en el pavimento. Sus manos se posaron en su delicada cintura, Jisung se sonrojó, Minho lo levantó del suelo para luego empezar a sacudir su ropa; logrando mancharla más de lo que estaba.

—Uhm, lo lamento, creo que lo estoy empeorando.— Rascó su nuca apenado.

Jisung sonrió, acarició la mejilla del pelinegro, quien instantáneamente lo miro, para sonrojarse después.

—No te preocupes, Minhonnie, estoy bien, vamos al instituto, se nos hace tarde.

Jisung comenzó a caminar, Minho se puso a su lado. El rubio mantenía su mirada al frente y el pelinegro mantenía su mirada en él, una de sus cosas favoritas era observar a Han Jisung; tenía los labios abultados y naturalmente rojizos, su cabello era rubio, pero con el sol parecía un castaño claro; sus ojitos se volvían dos medías lunas cuando sonreía, su nariz parecía un botoncito que Minho quería apretar. Han Jisung era extremadamente lindo.

Minho tosió falsamente llamando la atención del pequeño, quien lo miró.

—Jisung yo quería preguntarte algo.

—¿Qué pasa, Minhonnie?

—B-bueno, y-yo.— El pelinegro mordía su labio tratando de controlar su nerviosísimo, sus manos sudaban y sentía que todo su cuerpo lo haría pronto también.— Y-yo quería invitartehoyamicasa.

Jisung río bajito, a pesar de lo rápido que hablo le había entendido perfectamente.

—Claro, Minhonnie, ¿pasas a mi salón terminando las clases?

—¡Sí!, digo, sí... Yo paso por ti.

Minho sonrió, por fin había tenido el valor de invitar a Han Jisung.

¿Eres emo? | MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora