Capítulo 1.

1.8K 209 764
                                    

¡Hola mis bonitos lectores! Puedo explicar esta terrible desgracia de actualizar tan seguido, me estoy viendo BF de nuevo para que esto salga bien y el hype pega fuerte. De hecho, es divertido seguir la línea de el canon y alterarla a mi conveniencia con todos vivos. Cosas que me hacen feliz. Mil gracias a quienes se tomaron el cariño para leer.

¡Espero que les guste!

—Me pregunto si el hermano de Ash estará bien

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Me pregunto si el hermano de Ash estará bien.

—Debemos dejar que el doctor se encargue. —El viaje a Chinatown terminó siendo una completa catástrofe—. Por cierto, me alegra que estén a salvo. —Eiji alzó la mirada, encontrándose con la impasible sonrisa de un Jade durmiente bajo una manta de lana, él se preguntó si Ash tendría el sueño tan pesado como su hijo y se estremeció con la idea.

—Pero se llevaron la botella. —Unos llamativos lentes rosados cubrían esa infinidad de pestañas doradas, los compró para completar su look de pandillero, no obstante, el bebé se negó a soltarlos—. Tenía que dártela a ti. —Skip le prestó una carroza para que pudiese cumplir con su misión, estar tan preocupado por proteger al infante lo dejó expuesto a los hombres de Arthur.

—Debe ser algo muy importante, viendo lo preocupados que estaban. —Shorter se apartó de la pared para caminar hacia el cochecito. El edificio donde se hallaba ubicado el consultorio del doctor Meredith era increíblemente discreto, nadie pareció escuchar el ajetreo que se armó dentro de la oficina, o tal vez los residentes se concebían tan acostumbrados que no les importó.

—Por cierto, ¿cómo nos encontraste? —Eiji se encogió dentro de esa chaqueta fosforescente rosada, ni siquiera le avisó a Ibe que saldría, le daría un ataque cardíaco a su tutor si se continuaba exponiendo al peligro—. No te vimos en el Chang Dai.

—No, estaba allí. —El moreno parpadeó como una lechuza, confundido.

—¿Dónde? —Entonces Shorter le dio la espalda y se encogió.

—¡Aquí! —Un bigote falso destacó encima de su labio superior junto a un gorro liso. Jade abrió sus ojitos y arrojó una risa, como si pudiese entender lo bizarra que se había tornado la situación.

—¿¡Ah!?

—No te podía decir nada porque los estaban siguiendo. —La carcajada del infante retumbó por los pasillos del condominio—. Ahora... —Shorter metió sus manos dentro de sus bolsillos, sus zapatillas rechinaron cuando las arrastró por las baldosas—. ¿Me explicarás quién es este jovencito?

—Primero vayamos a un lugar donde podamos hablar. —Eiji hundió sus hombros en el forro de raso de la chaqueta.

Esta sería una noche larga.

Fue demasiado ingenuo pensar que un extranjero completamente inadaptado, paseándose con una carroza con un bebé idéntico al lince de Nueva York, no captaría la atención de las pandillas. A pesar de los infalibles disfraces que consiguió, los subordinados de Arthur se las arreglaron para seguirlo hasta el consultorio del doctor Meredith. Ash le encomendó la misión de ser discreto, se sintió inútil al ni siquiera poder hacer eso. ¿Cómo le diría que le dispararon a su hermano mayor? Fue su culpa. Porque era una carga, él lo sabía, sin embargo, una fuerza inexplicable lo seguía atrayendo a este conflicto que giraba en torno a algo llamado «banana fish», Griffin lo mencionó antes de que lo balearan. El nombre le pareció curioso, lo suficiente para causarle un escalofrío.

De pandillero a papá soltero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora