|| C H A N G E S ||

Capitulo Cuatro

Oh, woah

Oh, woah

Oh, woah

You know you love me, I know you care

...

Baby, baby, baby ooh

Like baby, baby, bab-

–Hm

Como odio esa alarma, pero es una buena motivación para despertarme más rápido y apagarla lo más pronto posible

Cuando estuve completamente despierta me levanto con pesar de la cama, voy directo al baño para hacer mis necesidades mañaneras y arreglarme un poco ya que David me llevará a mi departamento a buscar el currículum

Mientras me estoy bañando empiezo a preguntarme lo mismo que a veces no me deja dormir desde que empecé a vivir aquí en la Gran Ciudad, si esto será temporal; quiero decir, no viviré el resto de mi vida con David como una arrimada cierto? Tal vez tenga que volver con mis padres

Ay, que fracasada

Ser independiente no es tan liberador como pensé que sería

Al estar lista salgo de ahí. Me vuelvo a poner la misma ropa de ayer, agarro mi teléfono, bolso y salgo del cuarto

Cuando voy caminando por el pasillo me llega el distintivo olor a comida, siendo claramente el desayuno

Al llegar a la sala puedo ver que, como sospechaba, David estaba cocinando vestido con su traje formal pero a la vez no tanto. Él le da el balance perfecto a lo formal e informal

–Buenos días– saludé animada

–Buenos días Bella– me respondió a la vez que tenía su mirada en lo que sea que estuviera cocinando

–Qué haces? – pregunto dejando mi teléfono junto con mi bolso en el sillón donde vimos la serie de madrugada

–Panqueques, es de las pocas cosas que sé cocinar y sé me dan bien

–Si, ya sé– dije acercándome a él con intenciones de ayudarlo

–Cómo dormiste? – se alejó un poco dándome espacio para intervenir

–Uf, increíble. Estoy casi segura de que esa es una cama mágica, es muy cómoda– dije mientras volteaba un panqueque con una espátula

–Me alegro– dijo sonriendo –Ya estás lista?

–Sip

–Tengo que admitir que estoy gratamente sorprendido, no pensé que te fueras a levantar tan temprano. No eres del tipo de persona puntual– sonrió burlón

–Bueno, en verdad no estaba segura de la hora en que íbamos a ir; como sólo dijiste que fuéramos hoy temprano puse la alarma a las 7:30 para evitar quedar mal contigo, ya estás haciendo mucho por mi Dave– sonreí algo apenada al recordar mi constante impuntualidad

–Es cierto– dijo pensativo –Tuve que haber sido más específico, disculpa por eso Isa

Le hice un gesto sin importancia

–Ya está listo el desayuno– saqué el último panqueque del sartén y lo puse en la punta de la pequeña montaña que se formó con todos ellos

Él agarró cuatro y yo dos.

Llegando a la barra de la cocina ya había mantequilla y cubiertos. Nos sentamos y empezamos a comer

Hablábamos sobre cosas triviales, algunos viejos recuerdos en común y cosas que hicimos en la ausencia del otro