Se dicen que las sultanas, nacemos hermosas y que a todos tenemos a los pies.
Pues ese no es mi caso, me llamo Rebeca la única mujer que dio la Sultana Mahfiruze antes de su muerte ante los aliados de mi bisabuela la Gran Sultana Safiye.
Pero yo no...
Mihrimah fue puesta en una habitación que sin saberlo era de la difunta Sultana Lyanna-Bueno es hora de ver quien es el maldito-susurraba para si misma mientras terminaba de poner su saco para salir de ahí.
Mientras pasaba por los pasillos del gran palacio de su familia, pudo notar que un hombre estaba sentado en su árbol favorito aunque a ella no le gustara simplemente escalaria para sentarse en las ramas-Sultana, lo lamento por no verla...
Ella simplemente sonrió quitándole importancia-No te preocupes, yo escalare...-dijo ella tímidamente ganando una sonrisa de parte del hombre
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El hombre que esta el momento era anónimo dejo que ella se acercara al árbol pero sin dejar de verla para cuidarla, cuando Mihrimah quedo a la mitad del camino cayo por una rama que se rompió cayendo en brazos del hombre quien la atrapo-Sultana, ¿Esta bien?-dijo mientras la sentaba y ella sonriera por la situación
-Si, fue divertido...-dijo mientras que sin saberlo hacia que Silahtar quedara embelesado por su risa, ya que tomaba su mejilla en su palma.
-¿Por que una sultana, de hermano sonrisa tiene los ojos apagados?-susurraba mientras que ambos se empezaban a acercar
Mihrimah suspiro-La vida me a maltratado mucho...-dejo en suspenso lo ultimo pues no sabia su nombre
-Yo jamás, la lastimaría jamás le haría daño....
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Cuando ambos ya se encontraban a escasos centímetros de que sus bocas se rozaras, un grito los separo alertándolos.-Vaya ni con una semana, dejas de insinuarte a alguien o a molestar a alguien-era Atike quien los hizo separarse-Deja a Silahtar solo no lo molestes...
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Los que no sabia es que sus demas hermanas igual llegaban-Y tu, jamás dejaras de ser un estorbo para nuestra madre-soltó su veneno Ayse ya que para ella, Atike era la que mas estorbaba de las hermanas
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Mihrimah y Silahtar simplemente rieron de manera disimulada-Déjala, esta celosa pues Silahtar prefiera la presencia de la sultana que acaba de llegar que la mimada, de Atike-dijo ella ganando un gruñido de parte de su hermana mientras que los dejaba ahí sonriendo.
-Soy, Mihrimah es bueno conocerte Silahtar-dijo ella mientras que el nombrado besa sus nudillos sonriendo mientras se iba de ahí con la mirada de Mihrimah en su espalda, pues volteo encontrándosela apunto de pasar a otro pasillo y ella mordió su labio sonriéndole.
-Hermosa...
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Mientras caminaban hacia la habitación de Kosem, la mama de Ayse y que quería adoptar a Mihrimah como hija-Quiero que me consideres, tu madre...te protegeré así como lo intente hacer con Osman-dijo ella mientras que Mihrimah lloraba
-Si, acepto ser tu hija-mencionaba mientras que se abrazaban pero se separaron por la llegada de uno de los ministros, Mihrimah no le tomo importancia, pero en eso una voz grave llamo su atención era la misma voz que atormentaba sus pesadillas desde que tenia dos años.
-Hija, el es Kemankes Pasha ministro de Murad...-dijo su ahora madre mientras presentaba al hombre quien se inclino ante ella.
-Mi sultana...
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Los ojos de las personas quedaron a la par, eran los ojos grises que mataron a su madre sin compasión alguna hace años cuando apenas tenia dos años-Us...Usted-susurro ella para después desmayarse en brazos de Kosem.
-Hija, Kemankes llama al medico...-pidió la Valide hacia el hombre quien asiente saliendo de ahí mientras que llamaba al medico, se quedo afuera de las habitación entonces el recuerdo de unos ojos azules que lo miraban con miedo, llegaron
