Capítulo 32. ¡Beso! ¡Beso! ¡Beso!

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Capitulo 32.

Después de muchas preguntas y gritos de desesperación de parte mía, la noche había acabado y todo el mundo se había ido a sus respectivas casas.

Muchas cosas habían pasado désde que deje la gasolinera y había regresado a la casa.

Mis padres castigándome un mes por no estar presentes y por escapar.

Claire me había dado la ley de hielo pero se le paso cuando le prometí llevarla al zoológico.

El Dr. Rodríguez nos había dado a Matt y a mi detención por una semana.

¿Es eso sí quiera legal?

Oh, y no olvidemos lo peor de todo... ¡Todo el mundo se había acabado toda mi comida!

Gracias al Buda que no dejó que cometiera una locura. 

Fue un infierno de noche pero ahora estaba entrando al Instituto con Jenn y Sophie, Quién sábe donde Dan y Claire se habían metido, lo mas probable es que Dan este tratando de levantar a Claire de la cama. 

—¿Quieren saltarse la primera clase? Estoy muy cansada, a penas dormí ayer.-pregunté a Jenn y Sophie.

—¡No! ¡Le prometiste a tus padre que dejarías de faltar a clases! Y si te saltas clases, como buenas amigas que somos te acompañaremos y ¡No quiero meterme en problemas con tus padres!-me dijó Jenn.

—¡Pero estoy cansada!-me quejé.

—No es nuestra culpa que te la hayas pasado leyendo hasta las 4 de la mañana.-dijó Sophie.

—¡Tenía que saber sí mi personaje favorito iba a morir! ¡Era un situación de vida o muerte! Literalmente.

Jenn y Sophie rodearon los ojos, ¡Ellas no entienden!

Las 3 nos separamos y fuimos a nuestras clases, estuve tentada a salir corriendo pero Jenn tiene razón, se lo prometí a mis padres.

Entre a mi clase de música y tomé asiento. No pasó mucho tiempo hasta que el maestro me enviara a la oficina del director por quedarme dormida. Bueno, eso fue rápido.

Aún así, ¡No me arrepiento de nada!

Caminé despacio por los pasillos del Instituto, parando en el salón de Dan, le haré un pequeño favor.

—¿Profesora Barbara? El director quiere ver a Daniel Harrison úrgentemente.-pedí a la maestra y asintió.

—Daniel, recoge tus cosas y acompañe a la Srta. Young.

—¡Soy libre!-gritó mientras recogía sus cosas.

—¡Daniel!-fue el turno de la maestra.

—¡Lo siento!-susurró Dan mientras salía del salón conmigo.—¿El director no necesita verme, verdad?-preguntó mientras sonreía.

—Nop.-respondí con una sonrisa y me dió varios besos en los cachetes mientras gritaba muchos gracias.—¡Basta! ¡Babeas cuando besas!-me burlé de el mientras me limpiaba la cara.

—¡Me acabas de sacar de un examen de matématicas! ¡Literalmente, acabas de salvar mi vida!

—Drámatico.-dije pero aún así sonriendo.

—¿A dónde vamos?-preguntó.

—Yo voy a la oficina del director así que tú eres libre por una hora.

—¿Que hiciste?-preguntó mientras sacaba una barra de chocolate de su mochila.

—Me quedé dormida. ¿Me das un poco?-pregunté usando mi mejor cara de perrito abandonado.

Guerra de ¿Bromas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora