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—¡Te lo agradezco tanto Nong Prem! —le dijo Pineare.
Pannin Charnmanoon, más conocida como Pineare, era la prima de Prem. Una chica mayor que él solo por cinco días, de cabellos castaños y con aura dominante.
—No me lo agradezcas, es lo menos que puedo hacer por ti. Además, hace un buen tiempo que no veo a la linda Sun —contestó Prem con una sonrisa.
¿Qué estaba pasando? Pues, resulta ser que Pineare saldría a una conferencia de trabajo, junto a su esposo, y no tenía con quién dejar a la dulce y bella Sunnie, su hija y sobrina de Prem.
Así que, como último recurso, la mayor le preguntó a su primo si podía cuidarla y este aceptó gustoso.
Ella sonrió y se acercó a su hija, dejó un beso en su frente antes de volver a dirigirse a Warut.
—En su mochila están todas las cosas necesarias, volveré hasta más tardar mañana, cualquier cosa me llamas. Muchas gracias de nuevo —explicó y Prem asintió; vio como la mayor se dirigía a la salida. Una vez que desapareció de su vista, se acercó a la pequeña y la cargó.
—Ow, linda Sun, ¿cómo has estado? ¿Has extrañado a tu tío? —Usó un tono dulce de voz, uno que solo utilizaba con niños y bebés.
La menor lo abrazó y asintió antes de responder.
—He estado bien, tío, te extrañé mucho. —Todos sabían que Prem amaba mucho a sus sobrinos, en especial a la pequeña Sunnie.
—¿Vamos a jugar?
Y no necesito un «sí» para empezar a hacerlo.
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—Prem, te he estado llamando toda la tarde, ¿estás bien? —preguntó Boun al otro lado de la puerta.
Se suponía que ese día ambos iban a ir al centro comercial para poder comprar algunas cosas y luego se iban a dirigir al cine, pero cuando el mayor llamó a su pareja, esta no le respondió, ni una sola vez.
Tocó la puerta unas dos veces más y, al ver que no había indicios que le iban a abrir, buscó entre los bolsillos de su camisa hasta que encontró la llave del departamento de Warut.
—¿Prem? —preguntó una vez pudo abrir la puerta e ingresar. Todo el lugar estaba oscuro, a excepción de la sala, donde se podía ver un poco de luz.
Mientras más se acercaba al sitio, mejor podía escuchar lo que supuso que era el televisor. Cuando llegó pudo ver la televisión prendida en el canal de dibujos animados y a una niña de cabellos negros acurrucada en el sofá mientras era abrazada por un Prem dormido.
—Oh, ¿Sun? —consultó sorprendido—en voz baja—al darse cuenta de que la pequeña niña era la sobrina de Prem.
No obstante, la pelinegra, al estar dormida, no le respondió. Boun suspiró rendido y apagó el televisor, se dirigió al cuarto de su pareja y agarró una sábana.
—Se van a resfriar con este frío —comentó mientras cubría a sus menores con la manta.
Boun pensó que Prem se veía muy lindo durmiendo al lado de su sobrina, porque sabía cuánto amaba su pareja a los niños.
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¡Por fin! Después de una eternidad decidí continuar con la edición de este fic, no está 100% mejor, pero ahora, pasa piola 😋
