"Nos conocemos de otra vida (segunda parte)"

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-Nos debemos una charla- habló antes de que pudiera yo decir algo. 

-Así es, Lucas.

-¿Sabes? Lo del otro día era solo para confirmar una sospecha. 

-¿Lo del otro día?

-Sí. Es decir, cada vez que yo me acercaba o intentaba acercarme a ti, algo sucedía. 

Apenas tuve valor para quedarme en silencio con el teléfono en mi rostro estudiando cada palabra que me decía. Estaba claro que no podía hablar de mis problemas con él, problemas que el jamas entendería y de seguro tampoco creería. ¿Qué pensaría él exactamente? 

-No estoy muy seguro de lo que pasa- soltó sin más.

-Bueno, yo tampoco lo estoy. Son sucesos que no tienen explicación, o no? Son de carácter paranormal o lo que sea que sean. 

-No hablo de eso- mi cara se volvió sería. 

-No entiendo.

-Nosotros... ¿qué hacemos? 

Me mantuve en silencio tratando de no decir nada lo suficientemente malo.

-¿Me lo preguntas a mi? Es decir, yo no llegó a la escuela intentando besar a alguien que alguna vez ignoré e incluso voy a la casa, para pasar un buen rato mientras me aprovecho de la situación- me interrumpió.

-Yo no quise hacerlo...-

-Eso dicen todos.

-No, es la verdad. No miento, la realidad es... Que tenía miedo. Pensé que eras distinta, que jamas te fijarías en mi, que el hecho de que mi nombre esté en boca de la mayor parte del colegio te alejaría, entonces intenté alejarme yo también. La verdad es, que siempre me gustaste por tu personalidad, haces la diferencia pero no dejas de ser normal. La forma en la que buscas un perfil bajo te hace llamar la atención, la forma en la que hablas sutil y delicadamente, con palabras justas. Me gusta que puedas entender a los chicos y no dejar de ser femenina. Que estés centrada en lo que eres y como eres. Que tus objetivos sean claros y no los cambies por nadie ni nada. Tu madurez, esa que utilizas para opacar a  otras, pero aun así no te vuelves competidora. 

-No creo que sean un tema para hablar por teléfono- interrumpí.

-Deberíamos vernos después del colegio. 

-Está bien. Mañana organizaremos bien la salida. 

-De acuerdo. Lamento esta llamada repentina y misteriosa.

-No, descuida. Esta bien! Mañana dejaremos las cosas en claro. 

-¡Hasta mañana!

-Que descanses

-Tu igual. 

La noché pareció terminar en un nudo de conflictos que apenas se le podía llamar así. Me vi envuelta entre torres enormes de preguntas que de alguna forma debía responderme aunque no sabia como. Camila, mi prima, conocía la historia y estaba dispuesta a ayudarme con lo que necesitase. La amaba solo por eso. 

Por otra parte, llamó mi atención que el joven rubio de esencia a jazmín no se hubiera aparecido en algún momento del día. Entonces entendía que debía conformarme con la idea de haberlo visto en el sueño. 

Pero al final... ¿era un sueño?

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Apenas había dormido cuatro horas y me encontraba enfrente de la computadora investigando lo necesario para saber sobre la reencarnación. Millones de resultados aparecieron frente a mi mostrando imágenes del supuesto mas allá, y las posibilidad de otorgar conceptos de lo que significa la reencarnación. 

Spiritum amorisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora