"Lo amaba más de lo que imaginaba"

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Primer día de la ultima semana de clase, los chicos me esperaban en la puerta del colegio. Mi padre estacionó cerca de ellos y me despidió con un beso en la mejilla. 

-Esta noche debemos hablar.

-Está bien.

Veía como le relación con mis progenitores mejoraba, y solo esperaba, deseaba profundamente que nada arruinara esta mejoría. 

-Hola!- dije saludandolos.

-Qué cuentas?

-No mucho, mis padres pretenden hablar conmigo esta noche, espero, no sea nada malo. ¿Qué cuentan ustedes?

-Nada-dijeron al unísono. 

Lucas me observó pícaro varias veces, me pregunté qué pensaría él de la historia con Joan y si aún así sus ojos brillarían tanto cómo en ese momento. 

El día fue demasiado tranquilo, apenas fueron los profesores y nos pasamos las horas organizando lo que sería nuestra despedida al secundario y la mejor época de todas... la graduación. 

Preferimos poner una temática, aunque la vestimenta no sería otra que los clasicos vestidos para las chicas, y los trajes para los chicos. Discutimos la música, y todo lo que podía ingerirse. Debía ser todo más que perfecto, iba a ser una noche para recordar.

Ese día Joan no había aparecido. Aunque debo admitir que no me molestó, empezaba a dudar de cuan grande era el amor que había sentido. No dudaba del suyo, lo sentía en el aire, pero el mio... ¿Qué tan fuerte sería? Sentía la necesidad de compartir estos pensamientos con alguien más pero me di cuenta de que sería un error hacerlo con mis amigos, incluso que lo sepa Camila se convertiría en uno de los mayores desastres que pueda cometer. El no podía saber que yo pensaba de esa manera, así que debía ir más allá de mis amigos o cualquier lugar. 

-¿En qué pensás?- me dijo Camila mientras el griterío que había en el salón no permitía que los demás esuchasen. 

-Nada, tonterías.

-¿Si? ¿Cómo van las cosas con el Casper?

-Normal.

-No hay nada de normal sobre comunicarse con un Casper.

-Lo sé, es solo que es normal verlo aparecer, ahora me habla... pero no me ha dicho demasiado. 

-Cómo que no?

-Solo que nos casamos y que el no puede eleverse hasta que yo muera.

-Y va a esperarte?

-Me ama.

-Y tú?- Me conocía tan bien que sabía darle justo en el blanco. La odiaba por eso. Le asesiné con la mirada y dejé que entendíera el mensaje.

-Entiendo, hablaremos despues?- volví a mirarla desesperada. Él sabía demasiado de mi vida como para  darme cuenta de que ha estado hasta en momentos donde no lo veía. Era peligroso exteriorisar cosas que produjeran su enfado y posteriormente heridas en algún ser querido.

Salimos del colegio y le pedí a Camila que me ayudara a arreglar mi problema. Ella tenía su propio auto y después de ir por algo de ropa más cómoda que la del colegio nos dirigimos a la casa de una compañera de clase.

-¿Por qué iríamos a la casa de Sabrina? 

-Necesito averiguar algo.

-Qué?

-Algo. Es algo que no puedo decirte.

-Está bien.

-Pero prometo contarte cuando acabe todo.

Spiritum amorisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora