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'[Conciencia en reparación] '

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Arrastraba mis pies rumbo a detención.
No tenía salvación y debía admitirlo.

—Adelante—una voz femenina contestó a mis golpes contra la puerta.

Amoldé mi bolso a uno de mis hombros y suspiré al entrar a la habitación, tomé asiento en el sillón medio desgastado en cuando me lo indicó la profesora. No sabía cuanto tiempo estaría aquí, pero sin duda quería irme.

—La señorita Méndez vendrá a acompañarla en unos momentos.

Recargué mi espalda al sofá y asentí.

Más le vale que no tarde o ya verá.

No demoró mucho en llegar, segundos después la mencionada se colocaba a mi lado mientras llevaba sus cosas a un costado.

Rascó el puente de su nariz y sujetó su corto cabello castaño en una trenza que a decir verdad daba ganas de llorar.

Miró hacia la profesora que en esos momentos atendía una llamada al parecer de vida o muerte y aprovecha la oportunidad para mirarme discretamente con una risita nerviosa.

Yo sólo vuelvo los ojos y fijo mi vista al estante de libros antiguos que estaban al frente de nosotras.

—Wow.

Acariciando su trenza mal hecha mira con atención el objetivo de mi sorpresa.

—Oh por dios—alude escondiendo su emoción.

Había algo en ese estante que era valioso para mí.
Ella se había dado cuenta. Creo que está más emocionada que yo.

—¿Esto no es un sueño verdad?—dijo de repente.

—Pellizcame Emi, debo estar soñando.—creo que en este punto ya estaba llorando en mi cabeza.

—Señoritas

El llamado eliminó nuestra hipnosis y nos hizo enfocarnos en la mujer con las manos en las caderas que también estaba en la habitación.

—Diga maestra—se apresuró en responder mi vecina de sofá.

La superior continuó.

—Seguro recordarán lo que sucedió la semana pasada ¿cierto?

Ambas asentimos observándola dar
un par de vueltas con pasos lentos en la habitación, hablando de nuestro castigo por la broma fallida.

—Dado que esta semana no pude venir, no logré resolver esto. Lo que me parece deplorable e inaceptable.

Escuchamos con atención cada una de sus palabras, acatamos órdenes y estábamos "de acuerdo" en todo.

Y gracias a que devolvimos el insípido objeto un día después de perderlo, nuestro castigo se redujo considerablemente.

¿Qué son cuatro días de aseo en el aula de ciencias?

Emi y yo nos despedimos con menos pesar que antes, nuestro pequeño encuentro con esa edición especial de 'Heartstoper" y la reducción de nuestro castigo ablandó la situación.

Volví a casa después de tener metidas mis narices en la dirección por hora y media.

Arrojé mis cosas al sofá que permanecía en la sala y asalté el refrigerador cuan oso salvaje.

FAKE PROTAGONISTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora