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"Mangos en almibar"

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Mi ayudante de improviso y yo festejabamos nuestra osadía por hacer que Jessica se tomara la molestia de meter las manos al fuego con nosotras.

Jess consiguió escaparse un tiempo de su portátil para ayudar un poco, y eso nos aligeró un poco la cabeza, estábamos felices hasta hace 5 minutos.

—¿Hola...?

Lamentablemente la fuerte  insistencia de sus compañeros en su teléfono y el de la casa la obligó a alejarse de nosotras nuevamente.

—No entiendo porqué no los manda a comer pepino—la voz de mi otra amiga entra a mi radar como un suspiro sutil y se va aclarando poco a poco.—Se supone que hoy es sábado, mi papá a esta hora ya está cenando con mi madre o está en el cine. Esa empresa del demonio va a gastarse toda la juventud de Jess.

Me pareció un poco gracioso lo que dijo, aunque, siendo realistas y coherentes es la verdad, Jess apenas ha comenzado a trabajar y las ojeras y el malhumor ya se han vuelto como uña y mugre para ella.

—Eso es lo que pienso también, pero las cosas son así, debemos resignarnos—asintió en respuesta y se irguió mientras hacia flexión con los brazos y daba patadas al aire para espantar el hormigueo en su cuerpo, Por supuesto la acompañé e igual hice lo mismo.

—Tengo hambre y quiero ir al baño, necesito orinar.

Sacudo la cabeza en asentimiento y despreocupada se dirige hacia el baño mientras que yo termino por guardar lo que hemos usado en esa actividad poco agraciada y arreglo parte de mi ropa salpicada por agua sucia llena detergente y cloro.


...

—Iugh, sushi con sabor a calcetín

Al escuchar eso de Emi casi podía jurar que rodé los ojos en reproche.
Se supone que si moría de hambre el alimento era lo de menos.

—Si no te gusta no lo comas, hay avena, leche y mandarinas en proceso lento de descomposición en la nevera—la voz de Jess mostraba sin descaro alguno su cansancio, creo que está igual de fastidiada que yo por la actitud tan nefasta de mi otra amiga.

Creo que estoy comenzando a arrepentirme de no haberla botado en la casa de mis padres.

—No, no es eso, es solo que... Bueno, esta comida tiene aceitunas y digamos que tuve una pequeña mala experiencia con las ellas en mi infancia. He vivido con ese minitrauma toda mi vida—explicó Emi con sutil vergüenza—además también soy alérgica a ellas.—la receptora cerró su laptop y suspiró al levantarse de su sitio e ir a la alacena por un vaso.

—¿Pero que rayos le pasa?—mantenemos la vista en ella y al escuchar esa pregunta respondo del mismo modo silencioso en el que lo escuché.

—Ya te lo había dicho, el trabajo, el trabajo la tiene así.

Emi asiente y dirige nuevamente su mirada a Jess, quien además de su vaso, trae consigo un cartón de leche y un tazón de cereal. Se lo ofrece a la que se haya enfrente de mi y toma su lugar a mi lado para servirse un poco de pizza, sushi y refresco.

—No creía que lo fueras, pensé que solo estabas deshonrando el esfuerzo extremo de Adora por pedir una comida decente—el sonido molesto y espasmoso de la botella de mostaza que exprimía Jess causó que apretara firmemente los dientes. Me aniquilaba ese maldito sonido. —Si se te ofrece algo más puedes ir nuevamente a la alacena, hay chocolates, cacahuates y mangos en almíbar.

FAKE PROTAGONISTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora