Mi preciosa vecina es mi profesora.

Capitulo 5

*Nueve de la noche, Andrea acaba de salir de la ducha y suena el timbre*

Andrea:- ¡Voy!

*Abre la puerta*
Andrea:- ¡Hey Raquel! ¿Como estas? Por favor pasa.
Raquel:- Ah no, solo venía a darte esta carta. Se han equivocado y lo han puesto en mi buzón en vez del tuyo.
Andrea:- Ah muchas gracias.
Raquel:- ¿Te acabas de duchar? Hace bastante frío. Si no te secas el pelo adecuadamente te podrías resfriar.
Andrea:- Si, el problema es que hace poco se me estropeó el secador y aún no tengo uno.
Raquel:- Esperame un momento. Te traeré el mío.
Andrea burlandose:- Eres mi vecina, mi profesora y ahora también eres mi madre?
Raquel:- Oye no te burles, no soy tan vieja. Yo solo trato de ayudar a mi querida vecina y estudiante. Esperame un momento.

*Raquel trae el secador y ambas entran en casa de Andrea, mientras que esta se empieza a secar el pelo.*
Andrea:- Me sorprendí bastante cuando ví que eras tú la profesora sustituta.
Raquel:- Es verdad, nunca te dije de que trabajaba ni nada. Yo también me quedé muy sorprendida cuando te ví jaja.
Andrea:- ¿Por qué eres profesora?
Raquel:- ¿A que te refieres?
Andrea:- Quiero decir, por qué decidiste trabajar como profesora? Yo no podría aguantar a todos esos adolescentes egoístas y egocéntricos.
Raquel:- Eres una estudiante, tu también los tienes que aguantar.
Andrea:- Bueno si, pero no a voluntad propia precisamente.
Raquel:- En cierto modo decidí ser profesora ya que mi padre también lo es. Sin embargo lo que realmente me motivó a hacerlo es porque me gusta enseñarles todo lo que sé y he aprendido a los demás.
Andrea:- Eso suena guay.
Raquel:- Y tu, que quieres ser de mayor?
Andrea poniéndose algo seria:- Últimamente le he estado dando muchas vueltas a eso, pero siempre acabo agobiandome y sin ninguna respuesta. Todo el mundo siempre dice que es mejor seguir estudiando. Pero si no sé que es lo que me gusta, como voy a saber que estudiar? Siento como si estuviera yendo a ciegas...
Raquel:- Creo que entiendo lo que dices... Sin embargo, si no sabes que hacer tan solo prueba. Quiero decir, si hay algo que te llama la atención y crees que te puede gustar, pues lo pruebas. Y si luego crees que te has equivocado siempre puedes cambiar y probar algo nuevo. Pero lo que nunca puedes hacer es pensar que eres una inútil y rendirte. Siempre y cuando sigas viva, puedes volver a intentarlo. No a todo el mundo se le da bien las mismas cosas. Si fuera así, el mundo sería muy aburrido.
Andrea más calmada y riéndose:- Tienes razón. Oye emm.. Te quería dar las gracias por lo de antes..
Raquel:- ¿Lo de antes? ¿A que te refieres?
Andrea agachando la cabeza y hablando con un tono triste:- Ya sabes, en clase. Cuando el idiota de Rodrigo me ha dicho eso.
Raquel con una sonrisa:- Ah eso. No hace falta que me lo agradezcas. Te volvería a defender una y mil veces más si hiciera falta.

Espera... ¿Que querrá decir con eso? ¿Y por qué me siento tan feliz y nerviosa? Otra vez siento que el corazón me late demasiado rápido. ¿Que es lo que pasa conmigo?

Andrea hablando bajo y para si misma:- Realmente eres increíble.
Raquel:- ¿Has dicho algo?
Andrea sonriendo:- Nada nada. Oye ya que estamos las dos aquí solas... ¿Nos echamos unas partidas a la consola?
Raquel:- Venga vale. Como tu buena profesora que soy, te voy a enseñar a cómo jugar y te voy a dar la paliza de tu vida.
Andrea riendose:- Wow no conocía este lado tuyo.
Raquel:- Soy bastante competitiva en los juegos, no me gusta perder.
Andrea:- Pues que sepas que este tipo de juego son mi especialidad. A ver si va a ser tu alumna quien te tenga que enseñar a jugar.
Raquel:- Uyuy eso ya lo veremos.

*Al día siguiente*

Andrea:- Joder que sueño tengo. Supongo que es normal. Le dije a Raquel de jugar un rato y al final estuvimos unas cuatro horas jugando. El tiempo se me pasó volando, cuando nos dimos cuenta ya era muy tarde y ella se tuvo que ir. Aunque a decir verdad, me puse un poco triste cuando se fue. Yo quería seguir con ella. Ahí, las dos solas. Sin nadie más. Sin problemas ni preocupaciones. Cuando estoy con ella siento que ya no hay problemas. Me siento tan feliz cuando estoy con ella... :- Es verdad, ahora también la veré en el instituto. Por primera vez en mi vida tengo ganas de ir al colegio. Mierda, ¡mira que hora es! Si no me doy prisa llegaré tarde.