🔞 🄳🄸🄰🄼🄾🄽🄳🅂 - Pico x BF 🔞

C7: Vengado 7 veces

Era extraño caminar por la casa de los Lucchese sin algún problema, sentía que estaba en la boca del león sin que siquiera le hubieran dado casa, solo debido a que un ratoncito decidió que era buena idea entrar.

Estaba en el pasillo con algunas medicinas para el más joven de la familia, pero iba con lentitud para examinar el espacio y lograr tener un mapa mental de la casa o lo que podía llegar a conocer de ella, llegando al cuarto de su mayor objetivo, tocó suavemente la puerta hasta recibir un pase de parte del pelirrojo.

- ¿Cómo te encuentras? -Preguntó levemente mientras dejaba la bandeja con las medicinas en la mesita de noche al lado de la cama del malherido, sonriéndole levemente mientras se quedaba de pie al lado de este.

- Aun siento como si el pulmón me fuera a explotar, pero está bien... -Rio suavemente para toser un poco del dolor, para luego palmear a su lado para que el otro se sentara a su lado, a lo que el otro asintió y le obedeció sin rechistar.

- Tu padre ya sabe quienes fueron los traidores, de todas formas, la familia Genovese debe saberlo, después de todo, el cargamento era para ellos y nosotros solo íbamos a cobrar por el transporte y la protección de la mercancía... -Habló honestamente con el otro, el jefe le había informado un poco más acerca de como era el asunto y para quien eran realmente los cargamentos, ya se habían pagado, pero aun así su deber era informarle al jefe y saber que iban a hacer con los traidores.

- Me encantaría encargarme de ellos personalmente y- ¡AGH! -Un quejido sonoro salió de su boca al intentar levantarse de la cama, siendo detenido por el otro antes de seguir con su cometido.

- Puedo encargarme de ellos... Si eso es lo que deseas... - algo angustiado debido a las heridas de este, genuinamente se preocupaba por el otro por alguna razón, supuso que era normal que debido a la forma de en la que se habían estado tratando estos meses y la cercanía que tenían aun cuando se supone él debida sacar información a sus espaldas.

El mayor palmeo a su lado en la cama, por lo que el menor de los dos decidió obedecer sin rechistar en algún momento.

- No quisiera que eso sucediera, al menos no por ahora, aunque si estás dispuesto, no te detendré... -Suavemente las manos de ambos se entrelazaron, haciendo que el pelirrojo y el peliazul sonrieran de manera inconsciente hacía el otro, realmente debía admitir que el otro era apuesto a su modo, un porte elegante y una postura junto a un rostro rudo, pero a la vez no completamente intimidante en ciertos momentos, tenía su encanto, y en cierto modo eso le interesaba mucho.

No podía decir que no le atraía porque sería una mentira completa y derecha, incluso se había comenzado a sonrojar debido a ello y al contacto visual que parecía no romperse, lo que empezó a ser algo incómodamente cómodo de manera irónica.

- Ehm... No me molestaría para nada hacerlo si es por la familia... -Pronunció de manera suave al mayor, por alguna razón comenzaron a acercarse poco a poco y sus alarmas se activaron, pues claramente no estaba siendo consciente de las acciones que estaba haciendo, pero aun así su propio cuerpo no respondía ante sus señales y su consciencia gritaba que debían detenerse.

- ¿Y si lo haces por mí?... -La cuestión del de ojos grisáceos le hizo temblar un poco, estaba muy calmado y eso no le daba muy buena espina que digamos, una persona tan violenta en un estado de serenidad completa no podía ser una buena señal para nada y realmente quería evitar que el jefe los viera, pues no sabía cual sería su reacción si notara que su hijo se está besando con un soldado recién ingresado.

- Y-Yo... -Aun así, sus labios se juntaron mientras la mano del otro acariciaba lentamente su rostro luego de apartarla de su propia mano, su corazón se aceleró al empezar una danza que parecía una batalla para ver quien dominaba a quien, el sabor de los labios del otro era al de la ginebra y un puro recién fumado, se preguntaba que estaba pensando este mientras aquel beso sucedía.