Capítulo 2 - Una nueva Betty

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A la mañana siguiente, Betty hizo lo mismo que todas las mañanas, se arregló, desayunó y volvió a su habitación hasta que Doña Catalina llegó a su casa. La recogió, hablaron un rato y como habían planeado, primero fueron a una peluquería, donde trabajaba una amiga de Doña Catalina, a la que le tenía mucha confianza. Entraron al lugar, era bastante amplio, moderno y tenía varios pisos, las mandaron al piso de abajo y ahí estaba la amiga de Doña Catalina esperándolas.

X: Hola, ¿Cómo estas, Cata? Hace rato no nos vemos

Catalina: ¡Muy bien! Ahorita nos ponemos al corriente. Bueno, aquí te traigo una clienta, ella es Beatriz Pinzón y queremos hacerle un cambio de look. Betty le presento a Andrea

Andrea: ¡Un gusto! Me llamo Andrea, pero me puedes decir Andre

Betty: Dale, un gusto también

Catalina: Entonces Andre, ¿Qué tienes en mente?

Andrea: ¿Qué tal, si le quitamos el capul y hacemos una queratina, o lo alisamos? ¿Qué le parece, Beatriz?

Betty: Pues, bueno – respondió no del todo convencida

Catalina: Usted tranquila, que está en buenas manos, déjese llevar y va a mirar como sale otra Betty completamente diferente

Betty: Bueno, dale

Comenzaron lavando el pelo, ella estaba asustada, nunca había estado en manos diferentes que la de su peluquero de confianza, pero sentía un ambiente de seguridad, al saber que la que la iba a atender, era amiga de confianza de Doña Catalina. 

Al terminar de lavar el pelo, lo desenredaron y le quitaron el capul, Betty había decidido hacerse finalmente una queratina para no tener que volver tanto. Le hicieron todo el proceso y el resultado final fue espectacular. Le había quedado un cabello completamente liso y era tan suave, como la seda, tenía un gran brillo y con tan solo ese paso de toda la transformación ya no parecía la misma Beatriz que había llegado.

Después, Andrea se encargó de depilarle las cejas y el bigote, le hizo un maquillaje sutil, que era perfecto para el trabajo y hacía resaltarle ciertos rasgos que ni Betty sabía que podría destacar. Ella no tenía ni idea como combinar colores, y de que trataba todo eso del maquillaje y las combinaciones, pero Andre, se encargó de enseñarle lo más básico acerca de eso y también le dio su número en caso de que necesitara algún consejo o ayuda. 

Doña Catalina y Betty se despidieron de Andrea y le pagaron, salieron del lugar y lo que faltaba ahora era ropa nueva, ya casi la mitad de la transformación estaba hecha con tan solo cambiarle el pelo. 

Fueron a un centro comercial y se pasearon por casi todas las tiendas que había. Aunque Betty no tenía tanta plata, Cata le dijo que no se preocupara que después verían eso, escogieron varios tipos de ropa, para diversas ocasiones, unos casuales, otros para la oficina, fiesta, gala, etc., al igual con zapatos y accesorios como collares, aretes, bolsos, carteras y unas gafas nuevas, ya que las que tenían ya estaban muy viejas. También, Cata aprovechó para que una asesora de imagen le enseñara un poco a Betty de como combinar la ropa, que colores y como que tipos de ropa le sientan mejor, etc. 

Finalizaron todas las compras y con ayuda de Catalina, Betty se cambió para ver cómo había quedado la transformación. Se puso un traje de oficina, que traía un blazer negro, una camisa blanca, un pantalón negro y unas sandalias de tacón Tobago de ese mismo color, que no eran tan altos y que aunque Betty no era tan buena con tacones, así se sentía mucho más segura de sí misma y los podía manejar con facilidad. 

Beatriz dejo sus cosas rápido en su casa, que para su sorpresa estaba sola, quizá sus padres habían salido a una vuelta, entonces dejó todo, sacó lo que necesitaba y se despidió de Doña Catalina, le agradeció todo lo que había hecho por ella, es que ni ella entendía el gran corazón que tenía Doña Catalina de ayudar a la gente, parecía un hada madrina. Luego, salió a dar un paseo por el parque y se topó con el grupo de Román.

Román: ¿Uy quien es la que va saliendo de la casa Monster?

Betty: Ay Román, mire déjeme en paz

Román: Perese, usted me suena como Betty, ¿Acaso es la prima bonita, o qué? -dijo riéndose-

Betty: Yo soy Betty, ya déjeme

Román y la pandilla: ¡¿QUE?!

Betty: Con permiso, me voy

Román: Betty, mire déjese invitar, vamos por una gaseosa -aunque Betty le hizo caso omiso y ya se había ido

Beatriz ya estaba llegando al parque, se enredó con los tacones que tenía y se tropezó con un señor que estaba al frente de ella.

Betty: Ay discúlpeme, no lo vi, ¿Se encuentra bien? -pregunto un poco apenada por el accidente

X: Si, no se preocupe, pero ¿Usted está bien? -dijo con un acento extranjero

Betty: Tranquilo, yo estoy bien, que pena con usted haberle hecho ensuciar un poco el traje 

X: Tranquila, no es ningún problema. 

El señor ayudó a Betty a pararse, ya que seguía en el suelo y se quedaron mirando a los ojos por un par de segundos 

X: Me presento, soy Michel Doinel, ¡Mucho gusto!

Mis Cartas de VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora