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Que saltara con las esposas no fue realmente un problema como había pensado que sería

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Que saltara con las esposas no fue realmente un problema como había pensado que sería. De hecho, el chico se deslizó tan ágilmente que casi creyó que podía tener experiencia en huir con alguna restricción en su cuerpo, como lo eran las esposas en ese momento.

Y aunque podía jurar que su rostro se le hacía inusualmente familiar, estaba completamente seguro de nunca antes lo había arrestado o que incluso se encontrará en la base de datos de la policía.

Lo que fue jodidamente un problema fue quitárselo de encima una vez ambos estuvieron fuera del peligro, en aquel callejón oscuro al que terminaron por parar.

El chico se pegaba tanto a él, que parecía que un imán se había instalado a su cuerpo. Incluso yendo atrás de él y sosteniéndolo con fuerza, el pelirrojo hacía de todo para inclinarse ante su toque, haciendo más lento el proceso de llegar a la patrulla y por fin encerrarlo.

Ninguno había dicho nada, pero al llegar al final del callejón y visualizar varias patrullas, ambulancias y bomberos fuera del edificio, el chico dejó de caminar abruptamente.

—Si vamos a jugar a esto, tienes que dejarme a cargo. —susurró, cauteloso.

¿Jugar a "esto"? ¿A qué exactamente se suponía que estaban jugando y de qué quería hacerse cargo? ¿A caso pensaba que su detención era una broma?

Antes de que pudiera soltar algo, el chico volvió a hablar.

—Sé que no me querías aquí, pero malditamente necesitaba hacerlo.

Jungkook lo giró para que lo mirase, totalmente perdido.

—¿De qué diablos estás hablando? —preguntó, exasperado. No tenía ánimos para chantajes estúpidos, si a eso se dirigía la extraña conversación.

El chico lo miró con súplica, aunque no el tipo de suplica para que lo dejase libre, una súplica que no entiendo ni siquiera con su respuesta.

—Vamos. Sé que no confías en que pueda hacerlo por mi cuenta, pero tengo un plan. —aseguró—. Solo sigamos con esto. Deja que me arresten y encuéntrate conmigo en unas horas, ¿sí? —sonrió, coqueto—. Mantente en tu papel de oficial sexy.

Nobody but you - Kookmin AuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora