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—No sé de quién hablas. —soltó Jimin, demasiado rápido y a la defensiva como quería evitar sonar.

Jungkook tuvo que recargarse sobre sus rodillas, sobando con más ímpetu su cabeza; levantarse tan brusco no había hecho más que empeorar el dolor.

Pero sobre todo, el recuerdo del chico que estuvo metido hasta la médula en él desde que había sido un adolescente había llegado como un cuchillo clavándosele en el pecho. Dios, ¿cómo había podido olvidarlo sin más?

Jihyun, aquél chico castaño que lo había vuelto completamente loco, y que le había ocasionado demasiados problemas, tanto familiares como sentimentales para siquiera plantearse un futuro juntos, pero que lo había significado todo para él hasta que...

—¡Maldita sea! —Jungkook golpeo tan fuerte el asiento delante suyo, que el carro completo tuvo una sacudida.

Lo había olvidado por eso.

Sobrellevar un duelo que jamás le perteneció lo había obligado a olvidarse de todo lo relacionado con Jihyun. Por mucho tiempo todo lo relacionado a él dolía, hasta eventualmente dejo de hacerlo y todos los acontecimientos que vivieron juntos se hundieron en lo más profundo de su cabeza.

Porque recordar dolía, y que doliera lo hacía más real de lo que nunca fue.

El parecido debió haber provocado una reacción antes, pero por alguna razón era como si desde que había comenzado el día estuviera volando entre una nube inconsciente que lo hacía reaccionar por instinto y no porque realmente supiera qué estaba haciendo.

El déjà vu de cuando huyeron tenía mucho sentido ahora, porque no era más que una réplica a lo que había sucedido la última vez que había visto a Jihyun.

Solo que en esa ocasión, no había sido Jungkook quien había caído de rodillas y no había vuelto a despertar.

Por muy fuerte que hubiera sido el golpe y la exasperación que había trasmitido, Park estaba demasiado consumido en su miseria como prestarle atención.

Creyó que nunca sentiría algo peor que angustia, desesperación y pupa, hasta que todas ellas se mezclaron.

Que lo reconociera como un ser independiente a su hermano fue algo que nunca espero que sucediera, sobre todo por el contexto de la situación; para la mayoría, Jimin había sido el causante de lo que le había sucedido a su hermano, el mismo que se había apropiado de su identidad, aunque eso no había sido necesariamente cierto.

Sin embargo, la manera en la que había decidido abordar el tema no hizo más que incrementar dichas suposiciones.

Que lo conocieran como Jihyun, un antiguo pandillero de Busan que tenía antecedentes con las drogas y delitos menores, era mejor a que lo conocieran como él mismo; un chico que había estado en el correccional de menores por agresiones físicas que casi conducen a la muerte, robos con armas de fuego y el supuesto robo de identidad por el cual, su propia familia había levantado una orden para que lo investigaran.

En sí mismo era fichita de la que hablar. Por eso, el no desmentir nada e irse a otro lugar donde nadie lo conociera había sido la decisión más inteligente; hasta que no lo fue.

Otros extras se sumaron en su camino. Como el problema con un narco, el meterse con las personas equívocas, y por supuesto, el haber conocido a Jeongguk, cuya persona desconocida acerca de todo lo que realmente era por miedo a que la perspectiva que tenía de él se fuera por el caño.

Este supuesto plan habría ayudado a animarlo para por fin decirle absolutamente todo, pero parecía que no podía terminar de arruinar las cosas y en su lugar, se había traigo consigo a su supuesto gemelo, que conocía a su hermano.

Nobody but you - Kookmin AuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora