Capítulo 1. Una bala directo al corazón.

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La rutina para Frank se hace muy difícil y emocional; se levantó de su cama y el frío del suelo apartó el sueño en su cuerpo. El día lo saludaba con la misma pereza que traía encima.

 “Hoy no estarás en mi cabeza” se mentalizó Frank al ver la vieja camiseta de Gerard en su cama, estaba listo para irse y esa faceta de su mañana se acercaba con lentitud, desvió su mirada a su reloj y notó que iba atrasado y esto sirvió como un empujón para comenzar su día sin lágrimas. Posiblemente este día era diferente, posiblemente este día su felicidad le saludaría por primera vez.

 Conozcamos un poco más a Frank, es un fotógrafo reconocido por sus grandes trabajos con diferentes personas de “altos rangos” como él suele llamarlos sarcásticamente. Frank (cuando no estaba acosando a Gerard en su vida descuidada de adolescente) se dedicaba a sacar fotografías de cualquier bobada y entonces conoció a un hombre al que le debe la mayoría de su éxito; Benjamín Rumsfeld. Un hombre de mayor edad quien quedó maravillado la colección de fotos de Iero. Benjamín no tardó en hacerle un pequeño lugar en su empresa de fotógrafos y el camino fue duro para Frank porque siempre se encontraba lleno de trabajo y su vida amorosa se veía como en una montaña rusa, subía y bajaba en cuestión de corto tiempo. Gerard siempre estuvo con él en todos los aspectos, como un amigo, pareja y hermano, desde que eran amigos hasta donde las cosas pasaron al siguiente nivel y Frank no podía sentirse mejor con el apoyo del amor de su vida.

 Frank entró a trompicones en su pequeña oficina estrictamente ordenada y dejó a su amada Anne en su escritorio para tomar una dona de la caja que un alma caritativa (Ray) había dejado ahí.

 - ¿Frank? ¿Recuerdas esa familia de la que te hablé? —Preguntó Ray con la boca llena de comida.

 - ¿La familia Franceschi?

 Todos en el trabajo conocían a Frank puesto que era el empleado más joven y enérgico que tenían, a sus veintidós años había logrado mucho y a pesar de conocerlo profesionalmente también lo conocían emocionalmente. Siempre lo veían con una enorme sonrisa en el rostro, a veces su sonrisa desaparecía y su risa era inaudible en el resto del día. Todo era culpa de Gerard. La relación del pelirrojo y del pelinegro tuvo comienzos muy complicados pero supieron superarlo con esfuerzo (y sexo a cualquier hora de la tarde y noche). El lugar siempre se sentía lleno de vida cuando Frank estaba ahí, era el sol de cada lugar donde pisaba y sin embargo esa luz se fue apagando al pasar seis meses de estar junto a Gerard en donde el mismo puso fin a la relación por razones no muy convincentes para Frank. Gerard desapareció dejando un dolor infinito en Frank, volviendo sus días oscuros, tristes y demás. No había día en que Frank no apareciera en el trabajo sin los ojos rojos o siendo un desastre físicamente.

 - Vienen en un par de horas o al menos eso sé… Robert me ha dicho que son algo complicados.

 Frank bufó - No entiendo por qué tengo que lidiar con ese tipo de personas, son insoportables - Comentó en tono molesto y se levantó de su lugar para llevar consigo a Anne colgando de su cuello para dirigirse al estudio a preparar las luces y escenario para la sesión de fotos.

 Frank nunca pudo superar y mucho menos con las miradas de lástima que recibía a diario, los cuidos excesivos de Ray, los regalos… No hacían nada más que recordarle al pelirrojo y lo feliz que lo hacía. ¿Cómo alguien puede lastimarte usando pocas palabras y en tan poco tiempo? Se preguntaba el pelinegro todos los días antes de caer rendido por las lágrimas y el sueño.

 Los ojos de Frank brillaban, su trabajo era la única razón para seguir adelante y encontrarse con el estudio perfectamente ordenado causó que en su corazón brotara un poco de felicidad porque él lo había hecho. Hacía algo bien.

 - Sólo falta el vestuario… - Murmuró para sí mismo yendo en busca del vestuario.

 En el camino a los vestidores Frank notó las extrañas miradas sobre él y en algunas veía… ¿Nervios? ¿Qué les pasaba a todos? Negó con la cabeza empujando el perchero de regreso al estudio, una mano sostuvo su brazo y se vio obligado a detenerse; era Richard, su compañero de trabajo, quien lo miraba con nervios a flor de piel e incluso estaba pálido.

 - Frank… ¿No quieres tomarte el día libre? Podemos salir justo ahora para charlar… Ver aquellos juegos de vídeo que tanto quieres - Tartamudeó el hombre sin soltar su agarre y esto aumentó las sospechas en Frank.

 - ¿Qué? ¡No! Estuviste dos meses diciéndome que hiciera esto, no puedo dejarlo así - Y con paso decidido caminó hacia el estudio presionando su mandíbula por la estúpida actitud que todos tomaban.

 Con el mismo paso se adentró en el estudio dejando el perchero frente a las luces, volteó a ver hacia atrás y se encontró con, quizá, las miradas de todos los empleados. Ladeó la cabeza hacia donde escuchaba varias voces, risas…

 Entonces supo que sí tuvo que haber aceptado el día libre. 

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⏰ Última actualización: Mar 14, 2015 ⏰

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