34

745 56 4
                                    

CAPÍTULO 34
Pequeños momentos.
Olivia

Apenas era martes y yo ya quería que la semana terminara, pensar que antes deseaba estas vacaciones con todas mis fuerzas y ahora simplemente me gustaría estar en clase porque al menos tendría esa responsabilidad encima y mis pensamientos no serían tan fuertes, al menos hoy mamá y papá estaban en casa, de hecho mamá y yo nos habíamos dedicado a hacer empanaditas dulces, fue un momento muy lindo, pero ahora no sabía que hacer, sabía que en la noche cenaríamos con los Foster, si fuera la Olivia de hace unos años me hubiera dedicado toda la tarde a decidir que vestido iba a ponerme, pero ahora no era esa misma Olivia, así que solo estaba en mi cama, con ropa de casa esperando que fueran las dos para que Joshua pasara a dejarme los folletos de Lina.

Camila milagrosamente no estaba con su novio hoy, había subido a Instagram unas historias donde estaba con sus padres, su tía y unos primos, se veía muy feliz, Susan me había dicho que pasaría todo el día de hoy respondiendo los folletos que ella había pedido, si el abuelo Bird siguiera vivo seguramente ella se hubiera dedicado toda esta semana a pasar tiempo con él, pero al no ser posible ella prefería ocupar su mente, Álvaro seguro estaba pasando tiempo con su familia, como todos por estas fechas, aunque bueno, Charlie precisamente no estaba pasando mucho tiempo familiar, hasta esta noche vería a sus padres, eso me había dicho él, los Foster eran demasiado dedicados a su trabajo, su empresa aunque no lo dijeran, seguro era su adoración más grande, una vez le pregunté a  Charlie si le molestaba, pero como siempre me demostró lo buen chico que es “Ellos son felices ahí y yo estoy feliz por ellos.” 

—Cariño, tu padre y yo iremos al supermercado. ¿Quieres ir?—Se asomó mamá por la puerta de mi habitación, miré la hora en mi celular, solo faltaban diez minutos para las dos, negué con mi cabeza.—Bueno, no tardaremos mucho. ¡Compraré donas!

—Está bien, que les vaya muy bien.—le dije, ella me sonrío y siguió su camino.

Apenas se hicieron las dos me levanté de mi cama y fui corriendo a la entrada de mi casa, me arrepentí al notar que no había llevado mi celular conmigo y ahora estaba arriba, siendo sincera tenía demasiada pereza de hacer el recorrido de nuevo, así que solo me senté en la acera frente a mi casa a esperar, no pasaron ni cinco minutos cuando la presencia de alguien que no esperaba se hizo notar, Lina de nuevo estaba aquí y sonreí al verla, se había cortado más su cabello, ahora estaba por su quijada y se podían apreciar más sus hombros descubiertos, ella movió su mano en forma de saludo y yo la imité.

—Creíste que no me iba a enterar.—comentó apenas estuvo a pocos pasos de mi.

—Susan traidora.—dije simplemente.—¿Y los folletos?—le pregunté al ver sus manos vacías.

—¿En mi casa?—Se hizo la desentendida.

—Somos amigas, debes aceptar mi ayuda.—me quejé.

—Nadie a dicho que no la acepto.—Ella metió sus manos en su buzo blanco y bostezó.—De hecho, me vendría muy bien la ayuda.

—¿Entonces?

—Puedes venir a mi casa y ayudarme allí.—comentó finalmente, estuve apunto de negarme, pero sus rostro estaba totalmente limpio, ni una capa de maquillaje, ni siquiera el lindo labial rojo que usaba fuera del instituto, incluso a pesar de tener pocas ojeras se veía muy cansada.

—De acuerdo.—dije y Lina sonrío totalmente encantada.

—¿Puedes hoy?

—No, tengo cena familiar con los Foster, pero. ¿Mañana?

Nothing Like UsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora