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CAPÍTULO 58
Todo puede cambiar.
Olivia.


Estoy nerviosa, es la primera vez que Cam no está aquí en un día tan especial como este, antes solo éramos nosotras tres festejando en algún restaurante para después hacer pijamada en mi casa o en la Cam, ahora somos más, pero ella no está, aún así le había enviado una invitación por Facebook ya que por WhatsApp hace mucho había sido bloqueada, ni siquiera contestó el mensaje, solo fue un simple visto, entendía su enojo, pero no quitaba el hecho de que doliera, siempre habíamos sido tres, no dos.


—Olivia.—me llamó Harold posándose mi lado.—¿Estás bien? 


—Si, es solo que todo es muy diferente, pero está bien.—contesté, él asintió y yo le sonreí.—Me alegra que regresarás, Lina te extrañó mucho.


—Y yo a ella, pero ya todo está bien.—contestó y yo asentí.—¿No crees que la cumpleañera se está tardando mucho? El desayuno se empieza a enfriar.


—Tranquilos que hay microondas, seguro ya vienen, hermosa.—respondió Lina detrás de mí, ella posó su mano sobre mi cintura y apoyó su quijada sobre mi hombro.


—Joshua dejó de contestar mis mensajes hace diez minutos.—les dije señalando nuestro chat en mi celular.—¿Seguro ya vienen en el auto, no?


—Sí, seguro es eso. Ya vengo, iré a molestar a Marcus.—nos dijo Harold alejándose de nosotras.


—¿Qué tal si vamos a sentarnos? Llevas en la puerta desde que terminamos de hacer el desayuno.—dijo Lina, asentí y ambas caminamos hacía uno de los sofás de la sala, los chicos estaban en la cocina, solo esperaba no se estuvieran comiendo nada.—¿Camila no respondió?


—No, pero no importa, al menos puedo estar tranquila, la invité, si ella no quiso venir, pues no puedo obligarla.—contesté y Lina asintió, posó una de sus manos sobre mi mejilla y cerré mis ojos esperando su beso, pero finalmente mi celular empezó a sonar y abrí mis ojos, Lina me soltó y apoyó su cabeza sobre mi hombro.


Apenas contesté todo fue extraño, sabía que era Joshua, pero aún así él no había dicho nada, solo se escuchan muchas voces de fondo y el sonido de una ambulancia de fondo, rápidamente me asusté.


—¿Joshua? ¿Qué pasa? Háblame, dime algo.—rogué sintiendo mis manos temblar.—¿Ya vienen? ¿Dónde están?


—Lo siento, oh Dios, Olivia.—escuché la voz acelerada de Joshua, trate de mantener mi respiración tranquila.


—¿Dónde está Susan? ¿está bien? Joshua dime algo ya mismo.


—Yo llegué, su madre dijo que aún seguía en su cama, fui a buscarla y ella, ella…



—¡¿Ella qué?!—Me levanté de el sofá y empecé a caminar de un lado a otro en la sala.


—Ella intentó suicidarse.—fue lo último que escuché, Joshua me había colgado, mi celular cayó al suelo y Lina pronto estuvo a mi lado tratando de calmarme.

(…)


No fue muy difícil saber en que hospital estaba Susan, había llamada a la señora Bird apenas tuve mi celular de vuelta, el desayuno fue olvidado por completo, todos nos dirigimos a los autos y apenas estuvimos en el hospital corrí hasta llegar donde estaban Joshua y la señora Bird, sale de espera, aún no había noticias, no puse mucha atención a los demás y solo me posé al lado de la madre de Susan tratando de darle mi apoyo y calmarme a mí a la vez, Joshua no dejaba de llorar a pesar de que los chicos trataban de calmarlo y yo solo pude pensar que Susan odiaría este lugar apenas despertara, a ella no me gustaban las paredes blancas y vacías, amaba los cuadros y este lugar se veía tan triste y apagado.

Nothing Like UsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora