Normalmente Seishu debería ser el tipo de novio perfecto, no espera nada a cambio lo hace con todo su corazón, suele ser muy observador, no habría la necesidad de decirle que es lo que te gusta por que se dará cuenta rápidamente, Inui cree que te conoce: Tus pequeñas peculiaridades, tus gustos y disgustos, las cosas que quieres hacer, las cosas que extrañas, lo que quieres hacer, tu trauma, tu ropa favorita, tu comida favorita y lo que estás a punto de hacer, hasta el mínimo detalle, si te caes en una de sus citas lo recordara sin duda. Sin embargo hay ocasiones en la que Seishu ni siquiera te reconoce.
Probablemente porque tu habitual confianza, reserva y equilibrio, tú que eres invencible en inteligencia y soltaba sonrisas orgullosas pero que no sabías nada de nada sobre defensa propia. Piensa que debe ser de familia o algo por el estilo.
Inui se queda ahí parado, sin saber qué hacer mientras le gritas maldiciones al pobre hombre que se encogió de miedo cuando empezaste a reprenderlo.
Estaba coqueteando y tocando tu hombro hace solo unos minutos y ahora se veía tan incómodo y parecía como si estuviera a punto de llorar.
Estabas reuniendo a una multitud mientras seguías empujándolo por su pecho, golpeándolo con tu palma y burlándote de él con locura en tus ojos. Seishu ni siquiera sabe si la "locura" significaba ira o, pero viniendo de ti solo debe ser una locura.
Él miró. No dijo nada, probablemente ni te percatarse de esu presencia.
Era una vista interesante, si estaba siendo honesto. Por lo general, era reservado, callado y solo emitía sonrisas raras o arrogantes cuando ganaba otro concurso o respondía bien a otra pregunta.
Su uniforme solía ser perfecto y planchado, y no se le quitaba ni un pelo de la cabeza. No solo eso, sino que también eras bastante menuda, o al menos tus brazos parecían lo suficientemente débiles como para que Seishu temiera que un golpe te hiciera volar.
Pero ahora gritabas como si tu vida dependiera de ello, empujando al hombre adulto que parecía dispuesto a huir si no fuera por la multitud que los rodeaba. Tu cabello estaba fuera de lugar y la ropa alborotada, la irritación clara en tu rostro mientras seguías provocándolo. En tu defensa, él te provocó primero al ignorar esta cosa llamada consentimiento cuando Seishu aún no había llegado y tú estabas sentado por tu cuenta.
Seishu solo observó mientras recitabas un discurso probablemente fuera de la comprensión de este hombre, uno sobre el consentimiento, los derechos de las mujeres, los imbéciles, la pedofilia y el acoso, las violaciones.
Por el rabillo del ojo, pudo ver a algunas personas asentir y murmurar, elogiándote en silencio, definitivamente cuando terminases con tu discurso te aplaudirian.
Cuando el hombre no respondió a nada que pudiera satisfacerte, solo te enojaste aún más. No solo eso, sino que también dio otro comentario casual sobre ser dueño de personas y tonterías con las que no estabas feliz, con las que nadie estaba contento.
Inui Seishu observa con una mezcla de horror y fascinación mientras usted toma la silla de una de las mesas al aire libre del café y la golpea en la cara del hombre.
Luego te soplas el cabello suelto de la cara, dejas caer la silla y miras a la multitud.
La realización pareció amanecer en tus ojos y Seishu estaba listo para comenzar a reír mientras tú sonreías tímidamente.
—¿Autodefensa? —Escucho Inui, era la voz de Draken.
—¡Buenas tardes ken! —Exclamate.
—Es Draken —Te corrigió , pero ya estaba acostumbrado a que le llames por su nombre.
La cabeza de Inui se levanta de su posición agachada en el suelo, su mano se detiene de juguetear con un motor al escuchar tu voz. él puede escuchar a Draken dirigirte hacia donde estaba colocado Inui y el crujir del plástico. Antes de que se abriera la puerta de la tienda, supuso que Draken salió de la tienda para ver si estaban las motos que se exhibían afuera. Ignoraste a Ken, tus pasos le advirtieron de tu aproximación a Inui, una pequeña sonrisa apareció en su rostro una vez que tus brazos se envolvieron sobre sus hombros.
—Oye seishu —le susurraste al oído, dándole un beso en la sien —. te traje el almuerzo
—Gracias, amor —tararea, apoyándose en la calidez de tu pecho contra su espalda. sus dedos aflojaron su agarre en sus herramientas, girando su cabeza para depositar un beso en sus labios
—¿ya comiste? —Pregunto con preocupación, se sentiría como la peor persona del mundo si ve que renuncias de algo solo para dárselo a el.
—¡no! —Era una respuesta segura por tu parte.
—¿Por qué no? —frunció el ceño, volviéndose para mirar tu cara tímida.Te ve caminar hacia una mesa vacía, sacando los recipientes de plástico con los alimentos que trajiste. inhala profundamente ante el olor de la comida que le has preparado, y siente que su estómago retumba de hambre. murmuraste algo en voz baja, lo suficientemente bajo como para que Inui casi no lo oyera.
—Quería almorzar contigo. —Confiesas con una ligera capa roja en tus mejillas. Su corazón literalmente saltó de su pecho a tus manos. Con una sonrisa vertiginosa y mejillas rosadas, se dirige hacia ti, girando tu cuerpo para mirarlo. ahueca tus mejillas en sus manos, pellizcando suavemente la piel.
—Estás siendo demasiado adorable en este momento, amor —se rió entre dientes, apoyando su frente en la tuya con las puntas de tus narices tocándose, —por favor no me hagas preocupar así.
—Aunque te amo —hiciste un puchero, una sonrisa inocente enmascarando tu cara descarada.
—Yo también te amo —tararea, robando otro beso en tus labios antes de inclinarse hacia atrás, con las manos ahora en tu hombro.
Sin embargo, sus ojos se ensanchan ante la suciedad manchada en tus mejillas, probablemente de sus manos que consiguió al arreglar una moto. se ríe, adoración en sus ojos cuando inclinas la cabeza en confusión.
—¿Qué es gracioso?
él niega con la cabeza, dándote la vuelta para ocultar su amplia sonrisa, sofocando su risa.
—N-nada —insistió.
—vamos a comer, ¿no?—tus ojos lo miran con recelo. tuvo que fruncir los labios para evitar estallar en un ataque de risa.
—Esta delicioso —Confesó, y aunque no lo estuviese te diría lo rico que está tu comida.
—Ya lo se, después de todo yo lo cocine, ¿Cierto? —. Dijiste.
—Realmente adorable. —Pensó en voz alta. Ganándose un codazo de tu parte.
—Agradece.
—¿Porque?
—No a cualquiera le hago comida.
—Muchas gracias por aparecer en mi vida. __(T/n) y también por siempre estar conmigo —Sus ojos brillaban. No hubo más intercambio de palabras, podían saberlo todo a través de sus miradas, después de todo se habían entregado en cuerpo y alma, dos personas que juraron amarse por el resto de su vida.
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꧁One-Shots ※ Tokyo Revengers꧂
Fiksi PenggemarEscenarios con los personajes de Tokyo Revengers que probablemente han pasado por tu imaginación. Aclaraciones: •⚠️Créditos a Ken Wakui por los personajes y gran parte del trama⚠️ ✓Algunas traducciones. •No tiene contenido sexual...