Cuarto

14 2 0
                                    

–Haechan, déjanos solos, por favor– Solicitó en un tono menos ameno y, en cambio, más apagado de lo habitual.

Intenté leer el rostro del otro, pero éste sólo desapareció.

–No había necesidad de pedírselo cuando ha sido un gran apoyo para ambos–

–Lo sé, mas no quiero hablar de él en este momento, sino de nosotros–

Sentí un escalofrío al escuchar aquella última palabra, algo curioso para estar en un hogar temporal entre ánimas y tan confuso como un mal augurio.

–Entonces, ¿por qué no funcionó las otras veces?–

–La primera fue quizás la más dolorosa, no supiste perdonarme ni escucharme; en la siguiente reconocer mi esencia tras una enpolvada túnica; el tiempo pasó aún más y parecía que no querías regresar a la vida humana, hasta que lo hiciste y te enamoraste de alguien más, lo comprendí porque era claro no quedaría ni un eco de mí en tu cabeza–

–¿Qué sucedió con esa persona?–

–Intenté retrasar su llegada a este mundo, pero no pude hacerlo por mucho. Cuando le expliqué cómo funciona esto, él decidió no renacer, dijo que estarías bien sin él–

Mark parecía no encontrar las palabras para revelar lo que debía, las mismas que querían desbordar de las comisuras de mis labios.

–¿Por qué hiciste ese trato?–

–Me enamoré de quien no debía, alguien imposible para cualquier humano, y me sacrifiqué por él–

–Espera, ¿qué?– Se fue sin responder y yo nuevamente me quedé solo.

𝐷𝐸𝐴𝐷 𝐴𝑁𝐷 𝐷𝐸𝐴𝑇𝐻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora