Segundo

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Preguntó con cordialidad antes de extender su mano hacia mí –Me permites?–

Y accedí a rozar sus tersos y fríos dedos. Sentí como si un ligeros viento hubiera golpeado mi cuello y pecho, obligándome a cerrar los ojos.

Presencié un terrible frío obscuro o quizá fue una obscuridad fría la que me envolvió en aquel momento.

–¿Qué sucede? ¿Qué es este lugar?–

Un hombre yacía sobre el pasto seco, no lograba ver su rostro, mas su risa resonaba de manera extraña. Estaba solo, sin embargo, compartía palabras incomprendibles en un sonido suave, como si hubiera alguien a su lado escuchándolo.

Me esforcé hasta enforcar lo suficiente en aquel lugar enigmático, logrando ver finalmente aquella otra silueta; tampoco lo conocía. Entonces, ¿por qué se me humedecieron las mejillas?

Se levantaron y sus manos se entrelazaron con familiaridad. Parecía que ellos no tenían más que decir ni mi cabeza pensamientos al respecto hasta que noté hacia dónde se dirigían.

[]

Aquel bosque era diferente a en el que yo había estado. En ese había nieve acumulada cerca de las raíces de los árboles mientras que sus troncos estaban resecos, en cambio, sus copas desfilaban con miles de hojas brillantes y el aire mantenía aquella brisa reconfortante de febrero.

Quise acercarme a ellos, descubrir sus identidades, formar parte de su momento. De pronto me atacó la necesidad de hallar todas las respuestas a lo que hasta el momento no sabía que desconocía e ignoraba.

Los llamé, intenté ganar un poco de su atención, pero nada importaba más que quién se hallaba frente a sus ojos, se fueron acercando hasta unir con cuidado sus labios en un inocente beso.

Sólo eran ellos y en un sólo pestañeo ya no lo eran. Aquel hombre que en algún momento fue una simple silueta, desapareció sin más; la compañía que le brindaba a su amante, las risas y murmullos fueron sustituidos por un llanto desesperado que venía de un alma destrozada.

[]

El corazón se me encogió con fuerza, haciendo que cerrase mis ojos por escasos instantes y entonces divisé el mismo bosque incoloro.

Corrí hasta él intentando encontrar a la Muerte, mas en lugar de eso sólo logré ver aquel pozo. Era el mismo que había visto antes, ya no tenía su aroma a libertad y tranquilidad, ya no era nada más que un terrible símbolo de dolor vívido.

Quise mirar dentro de él hasta que me detuvo una voz que apenas pude reconocer.

–Mark me pidió que viniese por ti, hay algunas cosas que quisiera mostrarte–

–¿Cuál es tu nombre?– No hubo respuesta –¿Acaso las almas no tienen uno?–

–Hay muchas cosas que debes descubrir de este lugar aún. La Muerte me nombró Donghyuck, todos aquí me conocen de esa manera–

Les brindaba un nombre pese a que ellas mismas se definían como "penubres".
¿Por qué? Tal vez se siente solo, desdichado, reflejado en éstas.

Quizá todo lo que se cree de esta "entidad" es falso, no es despiadado e insensible, y podría deberse a que fue un humano en algún momento.

O porque está enamorado, roto.

𝐷𝐸𝐴𝐷 𝐴𝑁𝐷 𝐷𝐸𝐴𝑇𝐻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora