Lluvia en su mirada

167 62 32
                                    

Inesperada su partida fue aun rincón de su habitación vacía, y clavo la almohada que había en su cara empapada, agua salada.
Entre tanto, grito tan alto que silencio la escucho.
Y una carcajada soltó mientras aguantaba tanto dolor, atolondrada de emociones caducadas agachaba su mirada.
Un rayo de sol que se colo por su ventana partió el espejo que con un claro reflejo pinto su pelo rojo fuego.
Con esos ojos, nublados como el mismo cielo del infierno, miro su ventana cubierta por pequeñas que se retorcían con sigsasces fugaces, gotas que quedaban de la lluvia de el mediodía.
Su parpadeo no contado, un poco inesperado, abrió sus ojos.
Por su mejilla corrió un último pedazo de su alma convertida en lágrimas que terminó su recorrido puesta abajo en sus labios.
Cielos intensos para este noviembre,
su sonrisa captó la esencia.
Respiró por fin, soltó su aliento y la brisa mojada rozo despacio su alma destrozada.
En los pasillos de su casa a oscuras donde no hay luz que deslumbra,
como un cajón cerrado, sigue los pasos que va dejando su calzado descansa, doblando el lateral izquierdo encontras en el suelo sueco de madera y cedro una sombra, un piano viejo
Más adentro encontrarás está chica singular que vive soñando y soñando vivé.
Vez la inercia del Sol sostenido en suspenso casi extinto llevando puesta arriba la Luna como fiel testigo.
Sin censura se suma al ritmo, abre sus brazos como que volar se le da bien a cualquiera, lo cual sería un problema.
Su vecino siempre tan cordial, no sabe que pasara y pone un violín, una sonata que la hace vibrar.
Que pone a talarear a los que van caminando por la calle central.
Por acá encontrarás estas señoras llenas de vida, llenas de historias
Frágiles y sedientas, están estás casa de la desgastada avenida.
Hoja por hoja y rosa por rosa están llenas sus fachadas, con esta brisa que recorre los alrrededores de su ventana.
Haya está ella viendo encender las luces de el atardecer de a poco por que el sol la ha dejado para empezar a contar el tiktoc de nuestro nuevo reloj.
Ella va danzando en su espacio limitado
Y escuchando como el viento pasa volando las hojas de su cuaderno tirado.
A su madre va delirando tocando melodía a piano, así de llano.
Llora, llora despacio.

Sonata de media Luna, para este noviembre de luto negro, dónde llueve a relevos, compas medio tiempo.

{Escucha Mi Silencio} No Esta PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora